Los huizaches sobre el camino de tierra muestran que nadie lo ha visitado en mucho tiempo. Hace diez años, el gobierno mexicano lo convirtió en escena del crimen y hoy vuelve a convertirse en un punto toral para las nuevas indagatorias; sin embargo, en el lugar, sólo queda la anécdota de lo que dicen que pasó en este casi mítico basurero.
La leyenda de este predio se remonta a 2014 cuando Jesús Murillo Karam, siendo procurador general de la República, decretó la primera línea de investigación basada en entrevistas con integrantes de la delincuencia organizada:
“Los detenidos señalan que en ese lugar privaron de la vida a los sobrevivientes y posteriormente los arrojaron a la parte baja del basurero, donde quemaron los cuerpos hicieron guardias y relevos para asegurar que el fuego durara horas arrojándole diesel gasolina llantas leña plástico”, declaró ante medios.
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Cimientos de 'la verdad histórica'
En enero de 2015, recetaba la verdad histórica: “Los restos que hay en el basurero son los mismos que hay en el otro lugar, la fecha y la dicen los testigos, los testigos nos señalan el lugar (…) Yo fui al lugar de los hechos, conozco el lugar, es evidente ahí se veían los pedacitos”, y fueron señalados varias decenas de participantes como:
- El Terco.
- La Diva.
- La Rana.
- El Bimbo.
- El Primo.
- El Chelín.
- El Hussaco.
- El Pato.
¿Qué dijeron los investigadores argentinos?
Meses después, el equipo Argentino de Antropología Forense descartó esa versión. En sus investigaciones no logró encontrar evidencias científicas que mostraran que los jóvenes hubieran sido incinerados en ese lugar:
“No ha hallado evidencia científica para establecer correspondencia alguna entre los elementos recuperados en el basurero de Cocula y los estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa”, declaraba Mercedes Doretti, del Equipo Argentino de Antropología Forense, la tarde del 9 febrero 2016, lo que dio paso a una década de señalamientos que no han podido ser esclarecidos.
En su momento, el basurero se volvió epicentro de la tragedia, sociedad civil, estudiantes y padres organizaban búsquedas, incluso la policía estatal instaló un punto de revisión; municipales, estatales, federales, soldados y marinos pasaron por estas rancherías y nadie ajeno podía ingresar sin autorización.
Al cambio del sexenio, cuando se decretó que en ese lugar no había pasado nada, dejó de ser un punto relevante para la investigación para convertirse en un terreno baldío.
Aunque desde entonces, ya no se tiraba basura, pues el municipio tuvo que habilitar un nuevo predio para los residuos, se siguieron encontrando restos humanos y animales, que se cuentan por miles.
Apenas en julio, la Fiscalía actual declaró que de los restos localizados en este predio sólo cinco eran viables para extraer ADN mitocondrial, descartando por lo menos 32 cajas con evidencia de la llamada “verdad histórica”.
“Esta identificación genética marcó un importante precedente dentro de la nueva investigación al cuestionar las circunstancias de modo tiempo y lugar sobre el que se fundó la llamada verdad histórica que señaló al basurero de Cocula como destino final de los 43 normalistas (…) La verdad histórica se ha colapsado”, declaraba en 2020, Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación, con lo que terminaría de enterrar la versión del basurero.
Para llegar al predio, se requiere de un vehículo todoterreno, un conductor dispuesto a sortear las zanjas y que conozca el camino para no quedar atrapado sin señal de celular. Se ubica en la localidad de Emiliano Zapara, en Cocula, unos 30 minutos sobre tierra, y pocos quieren llegar hasta lo alto del lugar porque no hay literalmente nada más que mariposas.
Un letrero decorado con agujeros de bala recuerdan que se trata de una zona natural protegida, “prohibido el cambio de uso de suelo, cazar, talar o hacer fogatas”, lo único que se puede leer.
El recorrido por Cocula continúa en el puente del Río San Juan, hasta donde —se dice—llegaron buzos. Incluso uno se ahogó, recuerda la gente de esta ranchería; pero en estás aguas tal parece que tampoco pasó nada y fue el fiscal General, Alejandro Gertz, quien lo confirmó.
“Se ha demostrado con toda legalidad en los restos del Río San Juan fueron sembrados ilegalmente por los responsables de la investigación y sus auxiliares para ocultar su verdadero origen y tratar de justificar lo injustificable manipulando evidencias”, declaró en 2020, y fue ahí cuando dejó de escucharse sobre Cocula, el basurero o el Río San Juan.
Nuevos hallazgos sobre basurero de Cocula
Pero este fin de semana, la línea de investigación del basurero, sorpresivamente, dio un viraje, luego de que el gobierno federal confirmara la existencia de nuevos restos localizados cerca del basurero de Cocula, peculiar hallazgo en medio de las protestas.
En entrevista con Radio Chilango, Vidulfo Rosales, abogado de los padres, confirmó de la noticia con sorpresa y preocupación, pues asegura no son búsquedas de buena fe.
‘Cómo están sucediendo las cosas, todo con el objeto de que puedan presentar algo al cierre del gobierno (…) Lo que sí vamos a cuestionar esas búsquedas, porque no son de buena fe”, cuestionó el abogado.
RM