"No tenemos cárteles aquí, realmente son un grupo de vándalos que son los mismos. Antes se llamaban La Barredora, después ellos se ponen Cártel del Noreste cuando ya no les conviene ser Barredora, luego se llaman Cártel Jalisco, ellos se están autonombrando", fueron las palabras con las que el comandante de la 30 Zona Militar, Héctor Francisco Morán González, desestimó la presencia de grandes grupos de la delincuencia organizada en Tabasco.
Las declaraciones del mando militar se suscitaron a inicios de enero de 2024 en el marco del despliegue del operativo Tabasco Seguro, mismo que respondió a una jornada violenta que azotó diversos municipios de la entidad en la que casos de trata de personas, enfrentamientos armados y motines en al menos tres penales generaron pánico en la ciudadanía.
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Pese a la intención del comandante de tranquilizar a la población, sus palabras tuvieron poco impacto pues, desde antes, grupos criminales ya se habían encargado de anunciar su presencia en el estado a través de redes sociales y de instalar sus centros de operaciones en municipios clave para las economías criminales que se disputan.
Desde la extorsión y hasta el tráfico de migrantes, la disputa por el control de las “plazas” en Tabasco ha dejado a su paso violentos episodios entre los cuales suele repetirse el nombre de La Barredora, un grupo criminal que terminó por destapar la presencia de la delincuencia organizada en el estado natal del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
El origen de ‘La Barredora’
Las alianzas, expansiones y cambios de bando por parte de miembros de grupos criminales ha obstaculizado el trazar la dinámica que la delincuencia organizada tiene en Tabasco.
En el caso de La Barredora, la primera vez que el nombre resonó en el hampa del país fue en el segundo semestre de 2010, justo después de que elementos de la Secretaría de Marina (Semar) abatieron en Cuernavaca a Arturo Beltrán Leyva y de que Édgar Valdéz Villarreal, alias La Barbie, fue detenido en una casa de seguridad del Estado de México.
Un reporte de la plataforma de datos y análisis sobre seguridad, crimen organizado y conflictividad social, Lantia Intelligence, señala a La Barredora como una de las múltiples escisiones que surgieron de la fragmentación del Cártel de los Beltrán Leyva, en específico de la facción que La Barbie encabezaba.
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Como célula criminal ya consolidada, La Barredora continuó operando para el Cártel del Pacífico en la disputa por el control de “plazas” claves para el lucrativo negocio del tráfico de drogas.
Lantia Intelligence señala que la escisión llegó a contar con su propio brazo armado autodenominado como el Comando de la Muerte, cuyas operaciones se extendieron a los estados de Colima, Baja California y la Ciudad de México, al menos hasta 2020.
De acuerdo con información del Doctor en Administración Pública y especialista en inteligencia, Mauricio Saldaña, la llegada de La Barredora a Tabasco se reveló en 2009 cuando fue asesinada la familia del suboficial de las fuerzas especiales de la Armada de México, Melquisedec Angulo Córdova.
El líder castrense era originario de Tabasco y participó en el operativo que las Fuerzas Armadas desplegaron en Cuernavaca para aprehender a Arturo Beltrán Leyva. Aquella noche de diciembre de 2009 no solo fue abatido El Barbas sino que también Melquisedec Angulo resultó gravemente herido luego de que sicarios de los Beltrán Leyva lanzaron a los militares una granada de fragmentación.
Horas después de la operación el Tercer Maestre falleció por las lesiones, su cuerpo fue trasladado hasta su estado natal en donde fue despedido con honores sin esperar que La Barredora tomaría represalias asesinando a cuatro miembros de su familia.
En una entrega que el citado especialista realizó para Newsweek se relata que el entonces presidente de México, Felipe Calderón, puso en marcha una operación para aprehender a los responsables del asesinato de la familia del mando militar, misma que dio resultados a finales de 2011 cuando fue detenido un hombre identificado como Santos Ramírez, alias El Santo Sapo.
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Para sorpresa de muchos, dicho líder criminal no fue presentado por el Gobierno de México como un miembro del Cártel de Sinaloa o de los Beltrán Leyva sino como uno de Los Zetas, el violento cártel originario de Tamaulipas que, para entonces, ya había ganado terreno en Veracruz y se expandía por la costa este del país.
"RAMÍREZ MORALES es presunto responsable de la comisión de diversos delitos, entre los que se cuentan homicidios, secuestros, extorsiones y tráfico de armas y droga, por los cuales autoridades en el Estado de Tabasco han girado diversas órdenes de aprehensión en su contra", detalla el comunicado del Gobierno de México emitido en noviembre de 2011.
Con dicha detención el gobierno federal tuvo conocimiento de que no solo el Cártel de Sinaloa había llegado a Tabasco sino también Los Zetas, no obstante y mientras el tiempo transcurría una organización criminal comenzaba a cobrar relevancia en Michoacán y Jalisco y amenazaba con cambiar nuevamente la dinámica criminal del estado: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La fragmentación de La Barredora
En junio de 2022, un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos ubicó a Tabasco como uno de los territorios que el cártel de las cuatro letras disputaba a miembros de Los Zetas y del Cártel del Golfo.
Paulatinamente, la entonces llamada Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reportó que la escisión de Los Zetas que permanecía en Tabasco era el Cártel del Noreste y su brazo armado autodenominado como la Tropa del Infierno.
Tanto el Cártel del Noreste como el CJNG tuvieron influencia en la estructura de La Barredora que para entonces ya había atravesado por un proceso de fragmentación en la que algunos de sus líderes se independizaron para operar por su propia cuenta o en alianza con dichas organizaciones delictivas pero utilizando el mismo nombre.
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El análisis realizado por el especialista en inteligencia, Mauricio Saldaña, señala que una de las escisiones estuvo encabezada por José Guizar Valencia, alias el Z-43, quien habría utilizado a La Barredora como brazo armado para hacerse de puntos específicos de Tabasco y posteriormente de Chiapas y la frontera con Guatemala.
Otra célula que se hizo llamar del mismo modo se vinculó en un inicio al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) luego de que en Macuspana un hombre identificado bajo el alias de El Comandante 88 se presentó como subordinado de Jesús "N", alias El Lagarto, jefe de plaza del CJNG en Veracruz.
A través de un video difundido en redes sociales, presuntos integrantes del cártel de las cuatro letras negaron estar detrás de La Barredora, por lo que llegó a considerarse como una banda delictiva local que utilizó el nombre del CJNG para posicionarse en Tabasco, según describe Mauricio Saldaña en su entrega para Newsweek. De forma extraoficial medios de comunicación locales han informado que el líder detrás de dicho grupo criminal local está identificado como Daniel Hernández Montejo alias Prada o El H.
La grabación difundida llegó a interpretarse como una fractura dentro de las células del CJNG que operan en el estado sureño, empero, de lo que se tiene certeza es de que La Barredora -ya sea la local o la del Z43- se convirtió en el rival más aguerrido de la organización delictiva que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, en Tabasco.
La pugna ha quedado constatada en múltiples narcomantas aseguradas en escenas del crimen pero también en carpetas de investigación como la que fue abierta tras el ataque al antro DBar en Villahermosa la madrugada del 25 de noviembre.
“Todo eso nos hace suponer que estos hechos sí tienen correspondencia con la disputa que sostienen organizaciones criminales y que son de lo que queda de la escisión de la organización criminal La Barredora con la otra organización criminal que se identifica con las cuatro letras”, indicó el fiscal de Tabasco, José Barajas Mejía, durante una conferencia de prensa.
El dinamismo que el crimen organizado ha mostrado en Tabasco dificulta a las autoridades la identificación de los generadores de violencia que operan en la entidad, sin embargo, la constante mención a La Barredora consolida a la célula criminal no solo como aquella que sacó a la delincuencia organizada del anonimato en el estado sino también como la protagonista de la violencia que asedia a sus habitantes.
ATJ