Vicente Zambada Niebla declaró que en 2008 el cártel de Sinaloa pagó al Ejército y la Policía Federal Preventiva (PFP) para librar la guerra contra el grupo formado por los Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes y Los Zetas.
En su segunda jornada de comparecencia ante la Corte de Nueva York, en Brooklyn, como testigo en el juicio de Joaquín Guzmán Loera, El Vicentillo detalló como él y Juancho, sobrino de El Chapo, coordinaban las actividades de espionaje y así se enteraron que ese grupo rival comenzó a rentar casas y contratar sicarios en "su plaza".
"Para no desatar más balaceras entre nosotros, esa información se la dábamos a miembros del Ejército y de la Policía Federal Preventiva (PFP) que teníamos bajo nuestro control para que ellos hicieran las detenciones", dijo Zambada Niebla en el interrogatorio de la Fiscalía.
El objetivo del cártel de Sinaloa en esta guerra con los Beltrán Leyva, los Carrillo Fuentes y los Zetas era encontrar cuantas más oficinas de sus contrarios y "mandar a la gente a pelear", detalló Zambada, que enumeró a algunos de los pistoleros fieles al Chapo como El Negro, El Fantasma, El Chino Antrax o El M1.
A partir de ese momento la guerra en la capital de Sinaloa se recrudeció de tal forma que Vicente Zambada tuvo que salir de ahí y refugiarse en Mazatlán, pues ya era blanco prioritario de sus adversarios.
Aseguró que uno de los militares que llegó a detener a miembros del grupo rival "me mostró fotos del auto de mi esposa a la cual pensaban secuestrar para después mandarme su cabeza", dijo en otro momento.
El hijo de Ismael Zambada reconoció que en esos meses "murieron en emboscaras sobre todo muchos miembros de la PFP" enviados a pelear la guerra del Chapo y El Mayo.
Con información de EFE
evl