Agentes federales hallaron 19 cuerpos calcinados, presuntamente de migrantes guatemaltecos, en las cajas de tres camionetas en los límites de Nuevo León y Tamaulipas, tras un enfrentamiento entre civiles armados.
Los elementos reportaron el hallazgo poco después de las 10 de la mañana del pasado sábado, en Santa Anita, Camargo, en Tamaulipas, tras acudir al área para atender el reporte de un enfrentamiento armado entre dos grupos delincuenciales rivales, pero se toparon con tres camionetas incendiadas.
Entre los cuerpos, el equipo de la Fiscalía General de la República halló el del futbolista guatemalteco Marvin Alberto Tomás, de 22 años, del club Juventud Comiteca de la tercera división de su país.
El vocero de seguridad en Tamaulipas, Luis Alberto Rodríguez, dijo a MILENIO que “una de las hipótesis es que se encontraron placas de Nuevo León en uno de los autos y la otra tiene que ver con el tema de casquillos; donde se encontraron las unidades no había casquillos, pero varios de los cuerpos presentan heridas de proyectil de arma de fuego”.
Aseguró que las autoridades forenses realizan el proceso para identificar a los presuntos migrantes guatemaltecos, pero varios de los cuerpos fueron calcinados.
“En redes sociales, personas han expresado que tienen familiares que pueden ser víctimas, pero para poder establecer las identidades se requieren estudios de ADN, es muy aventurado en este momento señalar que se trata de tal o cual persona o de tal origen”, puntualizó.
Ex mando de la PF, a prisión por los 43
Una jueza federal dictó auto de formal prisión contra Luis Antonio Dorantes Macías, quien fue el jefe de estación de la Policía Federal en Iguala, Guerrero, y que presuntamente tuvo conocimiento del ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre de 2014, a manos del grupo criminal de Guerreros Unidos. Según el expediente consignado por la Fiscalía General de la República, el ex mando supo de la detención de los estudiantes en dos lugares, en tiempo real, y reportó a la entonces Procuraduría General de la República en Iguala y a sus superiores. No obstante, después negó su detención, posible destino y paradero.