En los últimos años, Los Chapitos, una de las facciones que conforman el Cártel de Sinaloa —integrada por los hijos de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y sus sicarios— ha cobrado fuerza gracias a las grandes cantidades de fentanilo que trafican, pero ahora, con la detención de Ismael El Mayo Zambada, tienen sumergido a Culiacán en una ola de violencia.
El poder de los hijos de El Chapo no se debe a una simple cuestión de herencia histórica, sino que es el resultado de una fuerte estructura criminal que va desde proveedores extranjeros de sustancias químicas peligrosas hasta sanguinarios sicarios que han convertido a Sinaloa en un campo de guerra para exterminar a sus principales enemigos.
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Los Chapitos: El monstruo de dos cabezas que sigue libre
Uno pensaría que El Chapo estaría detrás de todo el poder de sus hijos; sin embargo, tras su extradición a Estados Unidos (2017), el capo les dejó la mesa puesta a sus progenitores, no sólo para que el legado criminal de la familia Guzmán siguiera, sino para llevarlo al siguiente nivel con el tráfico de fentanilo.
Aunque el camino que recorrieron sus hijos para llegar a lo más alto del Cártel Sinaloa no fue tan sencillo como parece. Como recordarán, El Chapo fue aprehendido en tres ocasiones —1993, 2014 y 2016— antes de ser sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Fue en su captura del 2014 cuando supuestamente Los Chapitos pensaron en bajarse del barco y dejar en manos de Dámaso López Núñez, El Licenciado, y de su hijo Dámaso López Serrano, apodado El Mini Lic, el destino del Cártel de Sinaloa.
En una entrevista con la periodista de investigación Anabel Hernández, El Mini Lic aseguró que durante una reunión con los líderes del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos confesaron tener miedo de los enemigos que su padre les había heredado.
“Tuvimos una reunión en la que Los Chapitos dijeron ‘¿Sabe qué Licenciado?, pues vea cómo están las cosas, mi papá no nos dejó nada, puros problemas’. ‘Nada de dinero, nada para trabajar, hubiera dejado unos kilos para mover, no dejó nada, lo único que dejó fueron deudas y problemas, y según él quiere que sigamos manteniendo a mis tías’”, mencionó El Mini Lic.
Sin embargo, en medio de la inestabilidad que rodeaba al cártel de drogas más poderoso del mundo, los hijos de El Chapo encontraron en el tráfico de fentanilo un mercado que valía en ese entonces 652 mil millones de dólares, según Global Financial Integrity.
Para cuando Joaquín Guzmán Loera escapó de prisión, por segunda ocasión, a sus hijos ya se les conocía como Los Chapitos, por lo que tras su última detención en 2016, el poder del Cártel de Sinaloa se comenzó a concentrar en las distintas facciones que lo componían, entre ellas la de los hijos de El Chapo y la que controlaba El Mayo Zambada.
Por lo que cuando El Licenciado y su hijo quisieron tomar el control del tráfico de drogas se enfrentaron con una fuerte estructura criminal liderada por Ovidio, Joaquín (los Guzmán López), Iván Archivaldo y Jesús Alfredo (los Guzmán Salazar), quienes junto a Ismael Zambada tomaron el control del cártel.
La entrevista con El Mini Lic es un acercamiento de primera mano para conocer la personalidad de Los Chapitos: Iván, ‘el ostentoso’; Alfredo, ‘el violento’; Joaquín, ‘el inteligente’; y Ovidio, ‘el mandilón’”.
Iván Archivaldo: el líder de Los Chapitos
Sin embargo, el que presuntamente sería el líder de ellos cuatro —según El Mini Lic— es Iván Archivaldo Guzmán Salazar, El Chapito, quien tras la captura de su padre tuvo que mejorar su relación con sus hermanos para que el control del cártel no se dividiera.
“Él en su ser es malo, cuando lo conoces bien te das cuenta de que no le interesa nada y no le importa nada ni nadie con tal de que él esté bien. Ni su familia. Su madre y sus hermanos si le importan, no puedo decir sus medios hermanos (Ovidio y Joaquín), porque antes del 2014 no los quería. Yo antes del 2010 lo escuché hablar mal de Ovidio y de Joaquín, decía ‘esos pendejos (sic) no cuentan’”.
Según su testimonio había resentimiento de los Guzmán Salazar hacia los Guzmán López porque cuando El Chapo se fugó en 2001, con quien pasaba más tiempo era con Griselda, y cuando Iván y Alfredo iban de visita a Culiacán, ella los hacía menos.
En su juventud Iván era muy fiestero, refiere Dámaso: “salía a los antros, a la feria ganadera, muy noviero. Antes, cuando recién llegó a Culiacán la persona que lo introdujo al ambiente de Culiacán fue un amigo mío, hijo de El Mayo, Mayito Gordo, él fue el que le presentó a la mayoría de personas en Culiacán”.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar nació el 15 de agosto de 1983 en Zapopan, Jalisco. Tras su incursión en el narcotráfico se convirtió en uno de los 10 criminales más buscados por el Departamento Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
En 2005, El Chapito fue arrestado en un operativo en Zapopan, Jalisco, y trasladado al Centro Federal de Readaptación Social Número 1, La Palma, acusado de lavado de dinero; sin embargo, tres años después fue liberado tras desestimarse las pruebas en su contra. Desde entonces es uno de los principales generadores de violencia en el país.
Alfredo Guzmán Salazar, el segundo al mando
El Mini Lic compartió en la entrevista con Anabel Hernández que Alfredo Guzmán Salazar era una figura más reservada en comparación con sus tres hermanos.
Según López Serrano, "Alfredo era más joven y era más reservado, más tímido, siempre siguiendo y respetando a su hermano".
Sin embargo, detrás de esta fachada se encontraba el más “violento” e “irracional” de Los Chapitos, sobre todo cuando está bajo los efectos del alcohol.
“Cuando está en sus cinco sentidos es violento normal, pero cuando está tomado es violento en otro nivel, es como alguien loco que no puedes controlar”, dijo el hijo de El Licenciado.
Alfredo Guzmán comenzó en el mundo del narcotráfico tras seguir los pasos de su hermano Iván, a quienes, en sus inicios, su padre les proporcionaba grandes cargamentos de mariguana para que lo dividieran entre ambos y los traficaran por túneles que había construido el Cártel de Sinaloa.
Un dato particular del también conocido El Alfredillo es que detrás de toda esa ira que guarda tiene una debilidad por su mascota, Blue, a quien según el Mini Lic lleva a todos lados y se comporta de manera tierna con su perro.
Los Guzmán López y los sicarios tras las rejas
En los últimos años, la facción de Los Chapitos ha sufrido fuertes golpes a su estructura criminal tras la detención de los Guzmán López y algunos de sus principales jefes de seguridad; sin embargo, a diferencia de lo que uno puede pensar, esto no ha debilitado a la célula que por hoy tiene envuelto a Sinaloa en una ola de violencia y asesinatos.
Ovidio Guzmán: El origen de los culiacanazos
El primero en caer fue Ovidio Guzmán, El Ratón, quien actualmente se encuentra recluido en Estados Unidos a espera de llegar a un acuerdo que le permita reducir su fianza y la de su hermano al testificar contra El Mayo Zambada.
Ovidio Guzmán es hijo de Joaquín El Chapo Guzmán y su segunda esposa, Griselda López Pérez. El Ratón era considerado uno de los miembros de alto rango del Cártel de Sinaloa tras la captura de su padre.
En mayo de 2023 —a ocho meses de su detención— Ovidio Guzmán fue sacado del Centro Federal de Readaptación Social Número 1 El Altiplano, para ser extraditado a Estados Unidos.
Tras informarse la extradición del capo, medios de comunicación de Estados Unidos detallaron que el capo se encontraba en Chicago, enfrentando acusaciones de tráfico de metanfetamina, cocaína y mariguana.
Cabe mencionar que, las dos veces que han detenido a Ovidio Guzmán ha desatado una ola de violencia en Sinaloa conocida como Los Culiacanazos, una estrategia de Los Chapitos para difundir el miedo en el estado, pero a su vez para demostrar su poderío ante los ojos de facciones rivales.
Ovidio Guzmán López fue detenido en Culiacán, Sinaloa, durante un operativo que realizaron las Fuerzas Federales en 2023.
La detención desató balaceras y narco-bloqueos en diversas zonas de Culiacán y localidades aledañas, los cual causó que las autoridades estatales suspendieran actividades, además se le pidió a la población no salir de sus casas.
La detención de El Ratón ocurrió a poco más de tres años del Cualicanazo (2019), que también se realizó para capturar al hijo de El Chapo, aunque en aquella ocasión fue liberado pocas horas después para evitar enfrentamientos y hechos violentos en la entidad.
Joaquín Guzmán López, El Güero: La traición
Probablemente, el caso por el cual Culiacán está siendo sede de una guerra arma armada entre las dos facciones más poderosas del Cártel de Sinaloa, es porque Joaquín Guzmán López, privó de su libertad a Ismael El Mayo Zambada para entregarlo a las autoridades estadunidenses el jueves 25 de julio del 2024 en El Paso, Texas.
Joaquín Guzmán López es el penúltimo de los cinco hijos de El Chapo, y miembro de Los Chapitos. Heredó el negocio del tráfico de cocaína y mariguana de su hermano Édgar, luego de que fuera ejecutado durante un tiroteo en Culiacán, Sinaloa, presuntamente por órdenes de El Vicentillo, uno de los hijos de El Mayo.
De acuerdo con El Licenciado, él y Joaquín Guzmán López se coordinaron con el resto de Los Chapitos y Emma Coronel —entonces esposa de El Chapo— para ayudar a su padre, Joaquín Guzmán Loera, a escapar del Penal del Altiplano, el 11 de junio de 2015.
El Güero está acusado en una Corte Federal de Illinois junto al resto de Los Menores, otra forma en la que conocen a Los Chapitos, por tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y mariguana, así como posesión de armas de fuego, entre otros cargos.
Según la entrevista con El Mini Lic, El Güero era el hermano que tomaba las decisiones importantes, incluso por arriba de Ovidio Guzmán, de ahí que era considerado el hijo más inteligente de El Chapo.
El Nini, ex jefe de seguridad de Los Chapitos
Otro duro golpe para la facción de Los Chapitos fue la detención de Isidro Pérez Salas, El Nini, el 22 de noviembre del 2023, quien era el jefe de seguridad de los hijos de El Chapo.
Hasta antes de su captura, El Nini dirigía un grupo de sicarios extremadamente violento y con entrenamiento militar; cuya principal función era proteger a los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y eliminar a sus enemigos.
Néstor Isidro Pérez Salas fue recientemente extraditado a Estados Unidos, donde enfrentará cargos relacionados con el narcotráfico y actividades criminales que incluyen asesinatos y amenazas contra rivales del cártel de Sinaloa, aunque se presume que podría haber llegado a un acuerdo con las autoridades.
Fuentes confirmaron a MILENIO que, la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), del Departamento de Seguridad Interna (DHS), está trabajando con el Departamento de Justicia de Estados Unidos para que El Nini llegue a un acuerdo en el que se declare culpable de ciertos delitos y obtenga una sentencia menor.
Sin embargo, el presunto jefe de seguridad de Los Chapitos se declaró no culpable de los delitos de narcotráfico, asesinato, secuestro, armas de fuego y blanqueo de dinero, el jueves 30 de mayo, durante su audiencia en la ciudad de Nueva York.
El Piyi: Del corrido a las rejas
Mario Alexander “N”, alias El Piyi, fue detenido el 19 de septiembre en Culiacán, Sinaloa. Se trataba de un importante miembro del Cártel de Sinaloa, quien asumió el rol de jefe de sicarios de Los Chapitos, tras la captura de El Nini; aunque desde entonces tuvo que manejar un perfil más bajo.
Su rostro había sido pocas veces visto, pues siempre usaba un pasamontañas para evitar ser ubicado, por lo que es poco lo que sabía del detenido; sin embargo, el corrido La People II, del cantante Peso Pluma, habría revelado información crucial para identificarlos y poder detenerlo.
Mario Alexander “N” ganó notoriedad tras conocerse que estuvo presente en los dos Culiacanazos en los que arrestaron a Ovidio Guzmán López, El Ratón.
El Piyi, de 1.75 metros de estatura, se habría unido a las filas del Cártel de Sinaloa de la mano de El Nini y, tras su arresto, quedó bajo el mando de Jorge Humberto Figueroa, La Perris o El 27, jefe de sicarios de Los Chapitos.
Hasta antes de su captura, el trabajo de El Piyi era proteger una zona de entrada de droga a la capital sinaloense de los embates de la facción de El Mayito Flaco, el único hijo en Sinaloa de Ismael El Mayo Zambada.
“Con la people ya no se me ve (...) Al hijo del jefe salimos para defender. Hay que proceder en la defender. Fueron varios jueves los que con ellos me enfrenté (...) Saben que se pueden abrir esas rejas de acero. 27 y Piyi, cuídenme el terreno, a la familia y a los viejos”, dice una parte de la canción de Peso Pluma.
La nueva generación: El brazo armado de Los Chapitos
A pesar de los últimos golpes contra Los Chapitos la facción liderada, actualmente por los Guzmán López, sigue siendo una de las más peligrosas del mundo, en gran parte por las nuevas generaciones de sicarios que han surgido y que le han dado su apoyo a los hijos de El Chapo.
Cabe mencionar que, estos presuntos sicarios son señalados como los principales generadores de violencia en Culiacán, Sinaloa.
El 27: Su importancia dentro de la estructura
Jorge Humberto Figueroa Benítez es la pieza clave. El Perris, o El 27, es uno de los últimos lugartenientes de peso pesado que aún le quedan a Los Chapitos, pero que si no se cuida pronto será detenido, ya que el Ejército mexicano lo tiene identificado como un objetivo prioritario.
El 27 es señalado como uno de los principales involucrados en la traición y secuestro que llevaron a Ismael El Mayo Zambada a manos de autoridades estadunidenses el 25 de julio, por lo que también es una pieza clave en la investigación que la Fiscalía General de la República (FGR) abrió para esclarecer qué pasó ese día.
Y es que, de acuerdo con información obtenida y difundida por el periodista Luis Chaparro, El 27 habría sido el encargado de amagar al cofundador del Cártel de Sinaloa para subirlo a la camioneta que lo condujo hasta donde se encontraba la aeronave que horas más tarde trasladó a El Mayo y a Joaquín Guzmán López hasta un aeródromo privado cerca de El Paso, Texas.
El sicario ha estado varias veces a punto de ser detenido: la primera ocasión se escabulló de las Fuerzas Armadas a través de la red de alcantarillado de la capital sinaloense. Tal y como Joaquín Guzmán Loera lo hizo en su 'época dorada',
El lugarteniente de Los Chapitos escapó de un complejo de departamentos que fue rodeado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Otra ocasión ocurrió el 5 de octubre cuando El 27 evadió a elementos del Ejército mexicano, quienes se enfrentaron a un grupo de civiles armados que viajaban a bordo de una camioneta en los límites de Navolato, Angostura y Mocorito.
El Panu y los objetivos prioritarios de la DEA
Tras la captura de El Mayo Zambada, la DEA actualizó su lista de los 10 más buscados, entre los cuales destacan algunos sicarios de Los Chapitos, como El Panu y dos presuntos narcotraficantes identificados como Silvano Francisco Mariano y Carlos Omar Félix Gutiérrez.
Según fuentes de MILENIO, Oscar Noé Medina González, El Panu, es el nuevo encargado de seguridad de Los Chapitos, puesto que tenía Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini, antes de su captura.
El Panu estaría ligado con la familia Tapia del Triángulo Dorado, quienes tienen experiencia de traficar droga para Joaquín El Chapo Guzmán y de cuidar la espalda de Ismael El Mayo Zambada.
Además, se volvió famoso, sin quererlo, el 17 de octubre de 2019, pues estaba en la misma casa de Ovidio Guzmán, hermano de su protegido Iván Archivaldo, cuando las Fuerzas Armadas cercaron el Fraccionamiento Tres Ríos de Culiacán para detener a El Ratón.
Por su parte, silvano Francisco Mariano, conocido como El Rayo o El Rayito, está acusado de conspiración de importación de fentanilo, conspiración de tráfico de fentanilo, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, conspiración para la posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, y conspiración de lavado de dinero.
Mientras que, Carlos Omar Félix Gutiérrez presuntamente está detrás de la operación de laboratorios clandestinos de fentanilo para el cártel de Sinaloa, y la supervisión de los precursores químicos que se importan desde China.
Los hermanos Canobbio Inzunza: Más peligrosos que Los Chapitos
Ente la sangre nueva que comienza a sobresalir en el Cártel de Sinaloa destaca un brazo armado que Iván Archivaldo instauró en Culiacán tras la detención definitiva de su padre fue, llamado Los Güeritos o Los Brontos, los cuales son encabezados por Alejandro, Jorge Abraham y José Ángel un grupo de hermanos que comparten los apellidos Canobbio Inzunza.
Anteriormente, la periodista Anabel Hernández reveló que la influencia de Los Canobbio les ha permitido ser la mente criminal detrás de Los Chapitos; además de controlar las rutas por las que se trafica el fentanilo.
La periodista de investigación comentó que sicarios del Cártel Sinaloa aseguran que Los Canobbio pueden llegar a ser más sanguinarios que los propios hijos de El Chapo Guzmán.
Las primeras veces que los apellidos Canobbio Inzunza comenzaron a aparecer en reportes periodísticos se remontan al 2016. En aquel año, Joaquín Guzmán Loera había sido capturado por tercera y última ocasión, un hecho que marcó el inicio de la fragmentación del Cártel de Sinaloa.
José Ángel Cannobio Inzunza ha cobrado relevancia al ser identificado como el cerebro operativo de la facción, característica que incluso lo ha llevado a ser considerado por analistas y periodistas especializados como el posible sucesor de Iván Archivaldo Guzmán Salazar en caso de que sea aprehendido o abatido por las autoridades.
Proveedores de fentanilo de Los Chapitos
Los Chapitos se han convertido en la facción dominante del Cártel de Sinaloa principalmente por las grandes cantidades de dinero que han generado gracias al tráfico de fentanilo; sin embargo, detrás de su éxito la DEA tiene identificado a dos personas de origen asiático como los proveedores de sustancias químicas peligrosas.
Kun Jiang es acusado de tráfico de fentanilo y lavado de dinero. Es identificado como uno de los principales proveedores de precursores químicos para que el Cártel de Sinaloa produzca fentanilo, por lo que las autoridades estadunidenses ofrecen hasta un millón de dólares a quien ayude a capturarlo.
Mientras que el otro operador es identificado como Chuen Fat Yip, quien es propietario, director ejecutivo y presidente del Grupo Yuancheng (YCG) en China. El hombre supuestamente es uno de los proveedores de esteroides anabólicos más prolíficos del mundo.
Refuerzos de Los Chapitos
Por si fuera poco con la estructura detrás de los hijos de El Chapo Guzmán, estos contarían con el apoyo de los hermanos Cabrera Sarabia, quienes cuentan con un gran poder en Durango.
RM