Las opciones se agotan para Ovidio y Joaquín Guzmán López. Luego de que los hijos del cofundador del Cártel de Sinaloa y Griselda López terminaran bajo el resguardo de autoridades estadounidenses tanto por extradición como por entrega voluntaria, la definición de su situación jurídica permanece en incertidumbre.
Ante la posibilidad de enfrentar un destino igual de desafortunado que el de su padre, los también llamados Menores y sus defensores se encuentran afilando una estrategia legal que les permita negociar su rendición a fin de evitar un juicio.
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De acuerdo con la información obtenida por Ángel Hernández y Luis Chaparro para MILENIO, aunque los hermanos Guzmán López se declararon como no culpables ante el Distrito Norte de Illinois, desde agosto de 2024 abrieron la puerta para llegar a un acuerdo de culpabilidad y una eventual cooperación.
Si bien hasta el momento en el que se escribe esta nota dicho acuerdo no se ha concretado, desde que Ovidio y Joaquín Guzmán López se encuentran detenidos en Chicago, en el mismo distrito se han presentado al menos dos acusaciones en contra de miembros de alto nivel de la facción que Los Chapitos encabezan.
La llegada de Los Chapitos a Chicago
Pese a que el nombre de Ovidio y Joaquín Guzmán López se encuentra plasmado junto al de una veintena de sus socios y colaboradores en una acusación presentada ante el Distrito Sur de Nueva York en abril de 2023, tras su llegada a Estados Unidos los hermanos fueron recluidos en el Centro Correccional Metropolitano de Chicago.
¿El motivo? Otra acusación que pesa en su contra, la cual fue presentada ante el Distrito Norte de Illinois y en la que también figuran Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, los otros hijos de El Chapo que aún se encuentran prófugos.
En el documento judicial consultado por MILENIO a Los Chapitos se les acusa de delitos relacionados a la delincuencia organizada, operaciones con recursos ilícitos y al trasiego de cocaína, metanfetaminas, heroína y marihuana a Estados Unidos. Los cargos por fentanilo fueron presentados en el Distrito Sur de Nueva York.
Además de señalarlos como los responsables de coordinar el envío de narcóticos desde Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala a México, la acusación que pesa en su contra en el Distrito Norte de Illinois da cuenta de que, tras la captura y extradición, Los Chapitos asumieron su rol dentro del Cártel de Sinaloa, desatando una violenta disputa en contra de Dámaso López Núñez, El Licenciado, para convertirse en los líderes principales de la organización criminal.
Los métodos para traficar drogas, así como para lavar dinero y hasta para comunicarse fueron descritos en el documento judicial que motivó, primero, la llegada de Ovidio Guzmán a Chicago en septiembre de 2023.
El Ratón, como es mejor conocido, había sido aprehendido nueve meses antes durante un megaoperativo desplegado en Culiacán que generó la movilización no sólo de fuerzas federales sino también de los brazos armados que estaban al servicio de Los Chapitos.
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Menos de un año después de la extradición de su hermano, en un hecho inédito y sin precedentes, Joaquín Guzmán López fue arrestado en un aeródromo cercano a El Paso, Texas junto a Ismael El Mayo Zambada. De acuerdo con investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), el hijo de El Chapo orquestó el secuestro del cofundador del Cártel de Sinaloa.
La entrega de Joaquín y la extradición de El Ratón abrió para la jueza Sharon Coleman un nuevo capítulo de miembros del Cártel de Sinaloa que han desfilado en cortes estadounidenses, una suerte que esperan correr otros dos miembros que fueron acusados después ante el Distrito Norte de Illinois.
José Ángel Canobbio, El Güerito
Aunque José Ángel Canobbio logró eludir la atención de autoridades estadounidenses en la superacusación presentada contra Los Chapitos en el Distrito Sur de Nueva York, su suerte se agotó en noviembre de 2024, cuatro meses después de la llegada de Joaquín Guzmán López a Chicago.
Ante el Distrito Norte de Illinois se presentó una acusación formal en contra del también llamado Güerito por conspiración para traficar y fabricar metanfetaminas, marihuana, cocaína y fentanilo.
A Canobbio Inzunza se le identificó como un importante operador logístico de Los Chapitos y el principal asesor de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, además de encabezar el brazo armado de Los Chimales, el cual brindaba seguridad a Los Chapitos al protagonizar múltiples enfrentamientos armados en contra de las Fuerzas Armadas de México y grupos rivales.
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"José Ángel Canobbio Inzunza fue miembro y socio de la facción Guzmán del Cártel de Sinaloa, liderada por Joaquín Guzmán Loera (“El Chapo”) y posteriormente por Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López (“los Chapitos”). Entre otras funciones, Canobbio Inzunza se desempeñó como asesor principal, lugarteniente y jefe de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán Salazar", se lee en una parte del documento judicial consultado por MILENIO.
Tan solo tres meses después de que se presentó dicha acusación, elementos de la Defensa y de la Guardia Nacional lograron la aprehensión de José Ángel Canobbio Inzunza en la colonia Las Quintas en Culiacán.
Su captura fue considerada como la de más alto nivel desde que estalló el conflicto entre Los Chapitos y La Mayiza por el control de la capital sinaloense. Asimismo, la pieza clave que el Güerito representaba para los hijos del Chapo lo llevó a ser considerado como uno de los 29 capos que México entregó a Estados Unidos a finales de febrero de 2025.
Con dicho proceso, José Ángel Canobbio Inzunza fue trasladado a Chicago, donde pesa la acusación en su contra y donde también se encuentran recluidos dos de sus antiguos socios: los hermanos Guzmán López.
Ceferino Espinoza, El Koyote
El segundo miembro de alto rango en haber sido acusado ante el Distrito Norte de Illinois desde la llegada de Ovidio y Joaquín Guzmán López a Chicago fue Ceferino Espinoza Angulo.
Mejor conocido como El Koyote, un gran jurado presentó una acusación en su contra en febrero de 2025 por delitos relacionados al trasiego de drogas y a la posesión de armas de fuego. Ambos ilícitos se castigan con una pena máxima de cadena perpetua en una prisión federal y una mínima de 30 años.
“CEFERINO ESPINOZA ANGULO, de 43 años y ciudadano estadounidense y mexicano, empleó a docenas de sicarios en México para proteger y apoyar a los líderes de la facción Guzmán del Cártel de Sinaloa, entre ellos Iván Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, conocidos colectivamente como Los Chapitos”, se lee en un comunicado de prensa del Departamento de Justicia.
El historial criminal de El Koyote en Estados Unidos contempla también la obtención de precursores químicos para la fabricación de fentanilo, así como colaboración para transportar el opioide sintético, cocaína, heroína, metanfetaminas y éxtasis hacia la frontera para su importación a Estados Unidos.
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Respecto al uso de armas de fuego, el documento judicial consultado por MILENIO refiere que entre 2020 y febrero de 2025, Ceferino Espinoza Angulo hizo uso ilegal de una ametralladora a fin de seguir cometiendo sus actividades relacionadas al trasiego de drogas.
Hasta el momento en el que se escribe esta nota, El Koyote sigue prófugo y, aunque el gobierno estadounidense cree que se encuentra residiendo en México, en el marco de la colaboración bilateral en materia de seguridad no sería de sorprenderse que se reporte su detención y posterior extradición a Chicago, donde enfrentaría a la justicia pero también a sus viejos socios del Cártel de Sinaloa.
ATJ