El tráfico de fentanilo de México a Estados Unidos no se detiene y ya prendió los focos rojos en Washington: tan solo en diciembre pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), reportó que las incautaciones de esta droga en la zona fronteriza se dispararon 80 por ciento con respecto al mismo mes de 2018.
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“El volumen de drogas decomisadas es un duro recordatorio de que estamos en medio de una crisis de seguridad nacional en la frontera sur”, sostuvo el pasado 9 de enero Robert Perez, subcomisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de EU, de acuerdo con una declaración circulada por la agencia.
La cifra forma parte de una tendencia que apunta a la consolidación del fentanilo como una droga cada vez más traficada por los cárteles mexicanos, en particular el de Sinaloa, y que está relacionada a 60 mil muertes en un año, de acuerdo con el Instituto Nacional de Abuso de drogas. En total, el contrabando de este opioide fue en ascenso durante buena parte del primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y aumentó poco más de 34 por ciento en comparación con 2018.
En términos absolutos, pasó de 853 a mil 145 kilogramos interceptados, la cifra anual más alta hasta el momento, de acuerdo con estadísticas de CBP coincidentes con el año fiscal estadunidense, que cerró el 31 de septiembre de 2019. Washington sospecha que, como lo han hecho con las metanfetaminas, los cárteles mexicanos han comenzado a producir este narcótico en el país, reduciendo sus importaciones de fentanilo chino e incrementando su control sobre la cadena productiva de esta droga, lo que eleva las ganancias.
Si 2019 batió todos los récords, el año fiscal 2020 se perfila para continuar con la histórica tendencia al alza. De octubre a la fecha, CBP ha registrado decomisos de hasta 474 kilogramos, es decir, casi la mitad del total de 2019 en una fracción del tiempo.
Entre diciembre y enero, por ejemplo, CBP tiene registros de varios decomisos en puertos de entrada en San Diego (2.3 kilogramos); Winterhaven, (un paquete, sin especificar peso); Lukeville, (1.3 kilogramos); El Centro, (cantidad no definida) y Tucson, donde han sido decomisados 18.8 kilos en ocho distintos eventos, por mencionar algunos incidentes.
Según los datos de la agencia, prácticamente todos los sectores fronterizos de Arizona, Texas y California reportaron aumentos en el flujo de fentanilo. El decomiso más grande en la historia de EU ocurrió hace casi un año, cuando un cargamento de casi 300 kilos —mezclado con metanfetamina— fue descubierto en un camión cargado de pepinos, en Nogales.
IRRITANTE BILATERAL
“Si los mexicanos no frenan las drogas a Estados Unidos, las cosas no van a estar bien entre los dos países”, confió un diplomático estadunidense consultado.
Y precisamente uno de los principales hechos de seguridad del año pasado, el intento por detener a Ovidio Guzmán en Culiacán, tuvo por objetivo reducir el tráfico de esta droga a EU, a petición expresa de Washington, según reconoció en su momento el propio secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
“Una de las razones del interés de EU y la base para la petición de extradición es el hecho de un lazo que se sospecha entre este presunto criminal y el tráfico de fentanilo a ese país”, dijo Durazo poco después del fallido operativo para detener a Guzmán, en octubre.
El creciente flujo de esta droga, una de las más peligrosas y lucrativas del mundo, se ha convertido en uno de los temas centrales en la relación bilateral entre México y Estados Unidos y fue abordado la semana pasada durante la visita más reciente al país del fiscal estadounidense, William Barr, quien manifestó al gabinete de seguridad mexicano la preocupación de Washington ante el aumento en los envíos de fentanilo.
Aunque las cantidades de la droga decomisada no son tan espectaculares como las de otras —por ejemplo la cocaína, que se duplicó de 2018 a 2019, al pasar de 23.2 a 40.1 toneladas interceptadas—, este opioide de origen sintético se ha establecido como la principal preocupación del gobierno de Donald Trump en materia de combate a las drogas, debido a su peligrosidad y la facilidad con la que sus usuarios pueden caer en una sobredosis, se necesitan apenas 2 miligramos para una dosis fatal.
BUSCA WASHINGTON QUE MÉXICO INCREMENTE LA MANO DURA A TRAFICANTES
En un eco de la certificación de los 90, cuando Washington decidía qué países hacían o no su parte en el combate al narcotráfico, el Congreso de Estados Unidos discute desde hace nueve meses exigir al gobierno mexicano aplicar mano dura contra traficantes de fentanilo.
La iniciativa H.R. 2483, propuesta por el demócrata Max Rose, contempla que EU “debe aplicar sanciones económicas y financieras a los traficantes extranjeros de opioides ilícitos para proteger la seguridad nacional, la política exterior y la economía”, y advierte que el secretario de Estado deberá dirigir esfuerzos diplomáticos “a establecer un régimen de sanciones contra traficantes de opioides”.
De acuerdo con la exposición de motivos de Rose, “una insuficiente regulación de la producción de opioides sintéticos y su exportación además de insuficientes esfuerzos de justicia para combatir al tráfico de opioides en China y México continúan contribuyendo al diluvio de drogas a Estados Unidos”.
Estas sanciones serían aplicadas a las personas o entidades extranjeras que el presidente de EU determine que son traficantes de opioides o aquellos que poseen, controlan o suministran precursores de opioides e incluyen: prohibiciones para recibir préstamos, transacciones de cambio de divisas y realizar ciertas inversiones que caen bajo la jurisdicción de EU.
También permitirá vetar al gobierno de Estados Unidos en su conjunto para adquirir o celebrar contratos para la adquisición de bienes o servicios con todos aquellos señalados de traficar fentanilo. Asimismo, se podrán negar visas y excluir de ese país a los señalados en la lista presidencial.
El presidente puede renunciar a las sanciones por cuestiones de seguridad nacional y humanitarias. Una de las excepciones contempladas en la propuesta, es que se dañe "significativamente” la seguridad nacional o el acceso de estadounidenses a medicamentos recetados, derivados de los opioides, como son la morfina o la metadona.
De aprobarse antes de las elecciones presidenciales de noviembre, sería el propio Donald Trump el encargado de tomar dichas determinaciones. Además de que deberá informar al Congreso sobre la implementación de las sanciones descritas y también sobre los esfuerzos de cooperación con México y China para combatir el tráfico ilícito de opioides.
El texto ya ha sido apoyado por otros 23 legisladores, entre demócratas y republicanos, y no oculta la responsabilidad que deposita sobre China, país al que calificó de “el mayor productor mundial de fentanilo ilícito”, sus análogos y precursores inmediatos.
Y ahonda que dichas sustancias se envían, desde China principalmente a través de transportistas de envío urgente o correo internacional directamente a Estados Unidos, o alternativamente se envían a grupos de narcotraficantes en México, Canadá y el Caribe quienes posteriormente, las introducen ilegalmente a suelo estadunidenses.
El texto considera que “es imperativo” que China cumpla con los compromisos que hizo con Washington en diciembre de 2018, a través del llamado Grupo de los Veinte, para clasificar toda la categoría de sustancias de tipo fentanilo como “controladas”, además de “cambiar sus leyes” y aumentar los esfuerzos de su aplicación con tal de enjuiciar a los traficantes.
CLAVES
ATENCIÓN A ADICTOS
El gobierno de EU permitirá que los estados utilicen dinero asignado a la lucha contra los opioides para tratar a personas adictas a la cocaína y metanfetaminas.
PROPUESTA
La novedad figura en un proyecto de presupuesto aprobado por el Congreso a fines de 2019, que amplía el alcance de un programa de mil 500 millones de dólares enfocado a la crisis de los opioides.
Y ADEMÁS
TIJUANA: DETECTAN MEZCLA CON HEROÍNA
En Tijuana, 93 por ciento de los consumidores de heroína blanca no saben que también se inyectan fentanilo, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz y la asociación Prevencasa.
Durante 2019 analizaron 89 muestras de drogas duras y 66 resultaron positivas con fentanilo, detalló Alfonso Chávez, investigador de Prevencasa.