El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que aún hay corrupción en el gobierno, pues “todavía no termina de morir lo viejo y todavía no termina de nacer lo nuevo” y subrayó que la detención del general Salvador Cienfuegos y el juicio contra Genera García Luna, ex secretario de Seguridad, en Estados Unidos, demuestran la decandencia que produjo la política neoliberal.
Al presentar el nuevo modelo de manejo de presas en Ostuacán, Chiapas, el mandatario aseguró que no se puede sentenciar al ex secretario de Seguridad y al ex tiutular de la Defensa Dacional, detenidos por vínculos con el crimen organizado, antes de que se demuestre su culpabilidad.
No obstante, recalcó que estos casos son la representación y consecuencia de la política neoliberal, “Esto es lo suficientemente representativo para demostrar la profundidad de la crisis de México, la decadencia que produjo la política neoliberal y el predominio del dinero”, detalló.
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Añadió que los 36 años de política neoliberal “calaron hondo" y afectaron la manera de pensar, como un proceso de "lavado de cerebro" en favor de las privatizaciones.
Agregó que esto “afectó mucho, hay muchos damnificados por esa política, se aprovecharon de nuestro pueblo, se benefició a una minoría rapaz y México no avanzó”.
Puntualizó que, gracias al proceso de transformación, quedan de manifiesto todos los agravios que se llevaron a cabo en contra del pueblo y la nación.
El mandatario federal explicó que el país aún se encuentra en transición para lograr una “patria libre, igualitaria, justa, honesta, austera, y sobria”.
“Eso es lo que se va a consumar, si no nos cansamos, si seguimos perseverando, si seguimos insistiendo en la necesidad del cambio y si seguimos poniendo por delante el interés general, el interés del pueblo y de la nación”, concluyó López Obrador.
ROA