Iztapalapa tiene 2 mil 433 grietas que atraviesan diagonalmente la alcaldía hasta abarcar 19.76 kilómetros, informó la titular de la demarcación, Clara Brugada, al presentar un programa de obras de mitigación.
Para concluir con dichas obras en 2019, la alcaldía invertirá 148 millones de pesos en el programa denominado “Acupuntura Urbana para la Mitigación de Grietas”.
Las fracturas se dividen en cuatro grupos dependiendo la gravedad que representen. La alcaldía atenderá únicamente las dos primeras fases, que incluyen agrietamiento en banquetas y pavimento, así como fracturas de manera moderada en bardas y muros.
Los casos que atenderá la alcaldía suman 2 mil 71. En tales puntos la intervención incluye la reparación de banquetas y guarniciones rotas, al igual que la sustitución de luminarias dañadas y de redes hidráulicas dislocadas, de las cuales se pretende cambiar 34.3 mil metros lineales de drenaje y 18.2 mil metros de tuberías de agua potable.
El gobierno capitalino atenderá las restantes 362 grietas en fases tres y cuatro, que incluyen fuerte rompimiento en banquetas y muros, así como daños estructurales severos en viviendas. De acuerdo con la alcaldía, son 7 mil 732 los predios dañados en su territorio y 73 escuelas.
Se desplegarán 21 brigadas para atender 66 colonias divididas en 10 polígonos, de los cuales el de Peñón del Marqués es el que más fracturamientos presenta, con 432; sin embargo, el de Ermita Zaragoza es el que tiene el mayor número de grietas de gravedad, al sumar 89 de nivel tres y cuatro.
De acuerdo con lo explicado por Raúl Gutiérrez, coordinador del Centro de Evaluación de Riesgos Geológicos de Iztapalapa, en la demarcación las grietas se forman por una ruptura en el subsuelo ocasionado principalmente por el contacto entre los terrenos rocosos y blandos en el borde de la Sierra de Santa Catarina y Peñón del Marqués.
Aunado a eso, la extracción de agua de suelos lacustres en la demarcación provoca hundimientos diferenciales, es decir, en forma de escalera que también propician la formación de grietas.
Las fracturas han sido documentadas en algunos casos desde 1925; sin embargo, el sismo del 19 de septiembre de 2017 creó nuevas y reavivó o empeoró las existentes.
Gracias a la vinculación del Gobierno capitalino con la academia, a través del Comité de Grietas, se anunció que las fracturas serán intervenidas mediante la técnica conocida como “cajón disipador”, ideada por Gabriel Auvinet, del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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MÉTODO PARA ARREGLAR LAS FALLAS
El modelo de la caja disipadora es una solución “intuitiva y sencilla” que consiste en sepultar la grieta. Primero se realiza un despalme del terreno con las dimensiones adecuadas al diagnóstico de la fractura; posteriormente se rellena con arena toda el área excavada en forma rectangular a modo de caja, de donde proviene el nombre, y finalmente se repavimenta. Se debe utilizar arena con una densidad lo más parecida posible al suelo natural de la zona, ya que evita que se transmita la tensión del suelo y que se agrande la grieta.