Tras la muerte de sus padres, el capitán Carlos Camacho Espíritu y Louise Camacho, Amy tomó las riendas de su familia y del parque, al que logró colocar como el zoológico más grande de México y Latinoamérica.
La jefa de la tribu, Amy Louise Camacho dejó un vacío dentro del corazón de los poblanos, pues gracias a su inmenso amor por los animales, hizo que a través de los años, Africam Safari se convirtiera en uno de los mayores atractivos turísticos del estado, pues alberga a cerca de 2,000 animales de 250 diferentes especies de todos los continentes, que se desarrollan libremente a través de espacios abiertos.
Camacho estuvo a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente de 2011 a 2012, durante el mandato de Rafael Moreno Valle, y logró la construcción del Ecoparque Metropolitano, el Paseo y el Museo Interactivo del Río Atoyac, además de crecer áreas protegidas de 2,000 hectáreas a casi 80,000, de reciclar el 2% de la basura en el río.
Programas de conservación
Amy, junto con su hermano Frank Camacho, lograron que Africam Safari se convirtiera en la primera institución mexicana que pudo reproducir exitosamente al águila real, símbolo de la bandera mexicana.
Gracias a Amy, el parque participó en un programa de reproducción del lobo mexicano, que permitió aumentar la población de lobos mexicanos, alejándolos poco a poco de la extinción.
También se involucró en programas de conservación de especies como jaguares, leones africanos, ballenas, flamencos, guacamayas, leones marinos y manatíes.
Rescate de elefantes
En junio de 2012, nueve pequeños elefantes que iban a ser sacrificados en Namibia, fueron traídos a territorio poblano, después de que sus padres murieron a manos de cazadores en el país africano.
Amy y Frank fueron contactados por el dueño de un coto de caza, quien resguardó al grupo de elefantes en su finca con el aval del gobierno de Namibia, y no contaba con las condiciones para la cría de estos animales. Los elefantes fueron trasladados en un avión de carga contratado, con condiciones de temperatura especiales y en una ruta que incluyó escalas en Brasil, Chile y la Ciudad de México, para permitir que los animales fueran alimentados.
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En 2017, Amy le dio la bienvenida al primer elefante criado en cautiverio, y quien gracias a un equipo de expertos ha logrado mantenerse en excelentes condiciones.
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