Entre las muchas riquezas que tiene Puebla, destaca su gastronomía y en especial sus ricos y tradicionales dulces típicos. La mayoría de ellos se ofertan en la calle 6 Oriente, a unos cuantos pasos del corazón de la ciudad.
Este emblemático espacio alberga negocios familiares que han conservado las recetas de sus antepasados en cada generación. La más antigua es la preparación de las tortitas de Santa Clara.
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Pero no es el único dulce que se ofrece, aunque de acuerdo a comerciantes el más buscado es el camote, se pueden encontrar mostachones, mazapanes, macarrones, mechitas de ángel, tortitas de cielo, rompemuelas, muéganos, novias, marinas, así como también borrachitos.
Incluso hay algunos que acompañan platillos y temporadas importantes, como lo son los molletes, los cuales se caracterizan por ser un pan esponjoso relleno de crema pastelera, coco y ron, que a su vez son bañados con pepita, este dulce suele acompañar el platillo barroco por excelencia, el chile en nogada.
En entrevista para grupo Multimedios, Jesús Javier Villagómez Narváez, cuarta generación de comerciantes en la también conocida como la Calle de los Dulces, compartió que para preparar sus productos aún utiliza leche de vaca, así como, recipientes de barro y cobre, siendo esto lo que le da un sabor especial y único a su producto.
Presencia en el mundo
Añadió que los dulces poblanos son reconocidos nacional e internacionalmente, ya que cada año reciben a turistas de Polonia, Francia, Italia, España, Argentina, Colombia, entre otros. Dijo también, que la gastronomía poblana es valorada por otras culturas, ya que quienes visitan el esta do tienen gran curiosidad por conocer acerca de la preparación e importancia de estos productos.
Historia del lugar
“Vienen preguntando por cómo se hacen y cuál es su historia, ya que hay algunos que fueron elaborados por primera vez en la época de la conquista”, mencionó.
Recordó que cuando era niño sus bisabuelos se dedicaban a realizar dulces cubiertos como el chilacayote, calabaza, piña, higo y naranja cristalizada, en aquel entonces los comercializaban en algunos pueblos cercanos a través del trueque, hasta que algunos se asentaron en la calle 6 Oriente.
Desde entonces, este famoso sitio, no ha cambiado mucho y aunque algunos locales de aquella época ahora tienen un giro comercial diferente, los que aún conservan la tradición de vender dulces son los hijos de quienes comenzaron con esta actividad, hace algunos años.
Recientemente, este punto turístico fue peatonalizado por la administración municipal, con el objetivo de retirar el ambulantaje, para que de esta forma, los ciudadanos y turistas puedan disfrutar al caminar en la zona.
Además, se realizó un mantenimiento integral para mejorar su imagen, estos trabajos fueron realizados en el tramo de la 5 de Mayo y la 2 Norte.
CHM