La Central de Abasto de la Ciudad de México se ha convertido en un nuevo foco de infección por la nueva cepa del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19.
Varios son los comerciantes que han dejado de laborar por el miedo de contraer covid-19, y otros como Mariana García, que desde hace dos semanas dejó de asistir, pues fue diagnosticada positivo por coronavirus en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Fue a principios de abril, que la vendedora comenzó a sentir "un fuerte dolor de cabeza, una garganta reseca y una gripe intensa golpeaban su espacio" lo que la llevó a realizarse una prueba PCR para detectar covid-19.
"Mi hermana se sentía muy mal, regularmente ella se cura con alguna planta medicinal que le venden nuestros colegas, pero esta vez tenía los síntomas del nuevo virus que atormenta a todo México, el coronavirus", contó a MILENIO su hermano Carlos García.
Mariana decidió asistir al médico con la finalidad de corroborar que sus sospechas eran ciertas, pues su hermano denuncia que las autoridades de la Central no les han dado los insumos necesarios para enfrentar esta pandemia.
"Yo me sentía igual que mi hermana, ambos teníamos los mismos síntomas, sólo que al asistir al médico; mi doctor me dijo que sólo era una infección de garganta, pero lo preocupante fue que mi hermana fue diagnosticada positiva por coronavirus por el nosocomio" , comentó Carlos.
En conferencia de prensa, el coordinador de la Ceda, Ulises García , informó que se han registrado en el mercado mayorista más grande de Latinoamérica, 25 casos activos del virus con dos fallecidos, ocho hospitalizados y el resto en aislamiento.
Y aunque la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció este domingo que la central debe estar abierta y seguir abasteciendo a los clientes y proveedores que se surten a diario, se seguirán tomando medidas higiénicas para el cuidado del personal y asistentes.
Carlos junto a su hermana han vendido frutas y verduras a la clientela por más de diez años; sin embargo, "todo cambió", pues Mariana fue hospitalizada y "ahora se encuentra luchando por su vida".
Ahora Carlos, quien mantenía los mismos síntomas que su hermana, decidió cumplir el resguardo domiciliario, pues aunque "había recibido boletines informativos" nunca recibió "guantes ni cubrebocas ni mucho menos gel antibacterial".
"Ahora mi hermana se encuentra luchando por su vida. Yo decidí seguir la receta de mi médico y aislarme dentro de mi domicilio; los que me preocupan son mis otros cuatro compañeros que ahora están laborando y tienen los mismos síntomas que mi hermana y yo".
La familia García está a la espera de las indicaciones de la Central de Abasto, pues mencionan que hasta el momento "no se han acercado" para brindar apoyo alguno.
"La desinformación e ignorancia que existe en la central ha cobrado la vida de dos compañeros de otras bodegas, solo esperamos que los clientes que nos visiten, tomen sus precauciones porque este lugar se a vuelto un foco de infección de covid-19", recalcó Carlos.