Compras sin la familia y productos limitados: así es ir al 'súper' en días de covid-19

Tras la llegada del coronavirus a México, ir al supermercado se ha convertido en una experiencia llena de medidas sanitarias. Te compartimos un retrato escrito.

Cadenas de supermercados en el Valle de México aplicaron medidas para evitar contagios entre los consumidores. (Araceli López)
, Nancy Corro, Jimena Campuzano, Natyelly Meneses, Montse H. Tula, Emma Blancas, Edgardo Velázquez López y Raúl Ojeda
Ciudad de México /

Ante la inminente llegada del coronavirus covid-19 a México, el 28 de febrero, no habríamos imaginado que la pandemia, cuyo origen inclina la brújula hacia Wuhan, China, afectaría hasta las entrañas algunas actividades que considerábamos ordinarias y que incluso nos rehusábamos a hacer, como ir al supermercado.

Tras ocho días de arrancar la Jornada Nacional de Sana Distancia para evitar la propagación del virus, el 31 de marzo llegó la declaratoria de emergencia sanitaria en el país, la cual motivó que cadenas de supermercados en el Valle de México aplicaran medidas extraordinarias que van desde la entrada de una sola persona por familia, un límite en compras de productos básicos, hasta el retiro a casa de empacadores de la tercera edad.

Y así, el salir a surtir la despensa en tiendas como Walmart, Soriana, Chedraui, Aurrerá, etcétera, cambió radicalmente y se transformó en una experiencia de medidas, cuidados y reglas, como se han convertido muchas otras en estos tiempos del covid-19. 

MILENIO hizo un recorrido por diversos supermercados de la Ciudad de México y el Estado de México. Y aquí compartimos un retrato escrito de cómo es hacer el súper en medio de la contingencia sanitaria.

Con sana distancia y "de uno por uno", en Sam's Club de Cuemanco

Ante la emergencia por el coronavirus, en Sam's Club de Cuemanco, ubicado en la alcaldía Xochimilco, implementaron una serie de medidas para evitar conglomeraciones, como normalmente suele ocurrir a la hora de ir por la despensa.

Un trabajador recibe a los clientes aplicándoles gel antibacterial en las manos y advierte que sólo puede entrar una persona por membresía. Adentro, el comercio luce casi vacío al pasar por cada pasillo, pues son pocos los clientes en el lugar por el acceso restringido. Los trabajadores ahora usan cubrebocas.

A la hora de pagar, un empleado pide esperar a que se desocupe un cajero, evitando así que los clientes se acerquen al hacer fila, como usualmente ocurría.


No mirar sonrisas y usar cubrebocas es lo de hoy, en Superama de la Portales Sur

Nunca antes habíamos tenido tanto tiempo para ir al súper en familia, pero nunca antes había estado contraindicado. En un Superama de la alcaldía Benito Juárez, en la CdMx, la orden en la puerta es clara: sólo una persona por familia. Adentro, las medidas de precaución saltan a la vista; una mujer con cubrebocas y guantes limpia los carritos y la manija de las canastillas con un trapo bañado en alcohol.

En los pasillos, los clientes y el personal usan cubrebocas y mascarillas. No mirar las sonrisas es lo de hoy. El pan ya no se puede elegir uno por uno en las charolas, todo se vende en domos de plástico e incluso los bolillos y las chapatas aguardan a los consumidores en bolsas de celofán.

En el supermercado, los carritos donde se van surtiendo pedidos que se realizan en línea son los únicos que se aglomeran, en espera de un repartidor y ante el incremento de esta modalidad de compra. Los trabajadores de Superama recorren la tienda con lista en mano, empujando uno o hasta dos carritos, que van llenando con los productos solicitados desde la seguridad de casa.

En la fila de la caja se respeta la sana distancia con ayuda de cruces marcadas en el piso para no perder de vista el espacio que debe haber entre cada persona. Cuando es tu turno de pagar, un cuadro de acrílico te separa del cajero, que también se protege con cubrebocas y tras pagar, se echa de menos a los empacadores, quienes se fueron a casa desde el inicio de la pandemia y que seguro esperan que pronto todo vuelva a la normalidad y que salir al súper no sea un peligro.

Blindaje con guantes y mascarillas, en Aurrerá de Santa Fe

Decenas de familias acuden a comprar a la bodega Aurrerá de Santa Fe, en Álvaro Obregón,  pese a las recomendaciones oficiales emitidas por la pandemia; sin embargo, desde la puerta de la tienda se advierte que sólo una persona podrá pasar y las entradas son vigiladas por policías con cubrebocas y guantes. 

Pese a ello, varias personas se aglutinan en espera de sus familiares. Al entrar al supermercado, personal "blindado" con guantes, mascarillas, un trapo y una botella se acerca a cada uno de los usuarios para desinfectar el manillar del carrito del mandado.

En los pasillos, empleados de cada departamento portan la misma indumentaria, mientras que en la zona de cajas hay marcas azules en el suelo para delimitar la sana distancia entre clientes, así como un barrera transparente en la caja para evitar contacto con la empleada, en tanto "cerillos" jóvenes, algunos con guantes, empacan las compras.

Hacen falta sopas, arroz y frijoles en Híper Soriana de Ermita

Antes de entrar al supermercado ubicado en la colonia Los Ángeles, alcaldía Iztapalapa, es necesario formarse. La distancia entre personas está marcada por líneas hechas con cinta de aislar; sin embargo, pocas son aquellas que la respetan. 

Una vez dentro, en una mesa hay una botella con gel antibacterial para aplicarse en las manos antes de comenzar las compras, mientras trabajadores continúan sus labores con guantes y cubrebocas.

En la tienda hace falta las sopas en pasta, arroz y  frijoles, los pasillos donde deberían estar se encuentran vacíos. En cuanto a la mercancía restante hay buen abasto de productos, bastante papel higiénico y artículos de limpieza.

Al pagar, se ve en las cajas menos afluencia que de costumbre, pues la entrada está regulada por el personal de seguridad para evitar una gran concentración de personas: sale una y entra otra. El estacionamiento, prácticamente vacío.


Distancia mínima de 2.25 metros, en Walmart de Eduardo Molina

Afuera, un letrero indica que anteriormente el aforo permitido en el supermercado ascendía a 3 mil personas, pero ante la coyuntura sanitaria ocasionada por el coronavirus, ahora sólo se permite la entrada a mil 400.

El mismo rótulo deja muy clara otra medida clave en la batalla por evitar la propagación del coronavirus: la distancia mínima entre individuos debe ser de 2.25 metros.

En el Walmart de Eduardo Molina, en la alcaldía Gustavo A. Madero, únicamente hay una puerta de acceso y otra más para la salida. En la primera, tres personas esperan la llegada de compradores para aplicarles gel antibacterial antes de que ingresen a hacer el súper.

Fila de carritos en el Sam´s Club de Plaza Las Flores

Apenas asomándote a la entrada de la tienda localizada en el municipio de Coacalco, Estado de México, una cuadrilla de personal equipado con enormes bocinas de audio indica las reglas para ingresar: sólo una persona por familia, aplicación obligatoria de gel antibacterial y sobre todo mantener la sana distancia.

Si  el personal al exterior del Sam´s Club llega a detectar  compradores que intentan entrar en grupo, inmediatamente se acercan para repetir los lineamientos e invitar al resto a esperar, mientras una sola persona se forma en la larga fila de carritos para ingresar y hacer las compras.

Por dentro el Sam´s Club luce tan desértico como si se tratara de un día después de la Navidad. Lo único que da color son letreros colocados en anaqueles de productos cuya venta está limitada, para permitir que otras familias también se abastezcan.

Por coronavirus, hay artículos con un límite de compras por cliente en supermercados (Natyelly Meneses)

Con estacionamiento vacío, un "viene viene" te ayuda, en Chedraui  de Ciudad Labor

Desde la entrada del Chedraui en Ciudad Labor, municipio de Tultitlán, en el Estado de México, se puede ver el estacionamiento a una tercera parte de su capacidad; no obstante, el típico “viene viene” te indica dónde estacionarte pese al gran espacio existente.

Sin filas para entrar y con personal con guantes y cubrebocas, tomas tu carrito y tu buena cantidad de gel antibacterial. Pasillos con productos y personas comprando como siempre, pero con menos personal.

Al acercarte a caja, puedes observar en el piso pegatinas que indican la sana distancia, pero no hay empacadores.

​evl/aes​

  • Milenio Digital
  • digital@milenio.com
  • Noticias, análisis, opinión, cultura, deportes y entretenimiento en México y el mundo.

LAS MÁS VISTAS