Como otras industrias, el empleo más antiguo de la humanidad también está en crisis: ante la falta de ingresos, derivada de la emergencia sanitaria por el covid-19, mujeres y hombres dedicados al sexoservicio han tenido que recurrir al teletrabajo y por redes sociales venden fotografías y videos eróticos, o las utilizan para concertar citas.
La razón: el cierre de centros nocturnos, prostíbulos y una menor movilidad en las calles.
En Facebook, por ejemplo, en el área de Marketplace, aparecen varias publicaciones de este tipo.
En Facebook aparecen varias publicaciones de este tipo. Son fáciles de reconocer porque las identifica el dibujo de una caja de cartón, con un emoji del personaje Packman.
Los precios de estos paquetes van desde 30 pesos por tres fotografías, o 150 pesos por 15 fotos, acompañadas de un par de videos; hasta los paquetes “plus” donde, por 250 pesos, el usuario recibe 10 fotografías y tres videos.
Las formas de pago son a través de depósitos bancarios a tarjetas de débito o pay pal. Luego de hacer el depósito, el usuario debe comprobarlo mediante una captura o fotografía del movimiento bancario, que se envía a la página OnlyFans, un sitio intermediario entre clientes y vendedores de packs, para que les sean enviadas sus fotos o videos.
Usuarios consultados aseguran que en esta página solo se venden fotos y videos grabados, ya que muchos clientes preguntan por los servicios de videollamadas eróticas o para encuentros sexuales.
Profesionales adaptan su giro
Ximena, “la Diosa del Espectáculo”, se encontraba de gira por centros nocturnos en el sur del país cuando la pandemia la dejó varada en Playa de Carmen, Quintana Roo. Ahí, ella comenzó a vender fotos y videos eróticos para poder cubrir sus gastos.
En entrevista , Ximena confiesa que nunca imaginó pasar de hacer shows en table dances, a vender fotografías en Facebook y Twitter, sitios hasta donde sus fans de todo el país la siguen y son ahora sus clientes en esta nueva modalidad.
Son también los casos de "Casandra" y AllisonLove, escorts independientes que, al cerrar los moteles de la Ciudad de México, tuvieron que migrar su trabajo a las plataformas digitales. "Casandra" cuenta que "los packs son ahora la fuente de ingresos de muchas de nosotras y nuestras familias”. AllisonLove, escort con más de 14 mil seguidores en redes sociales, ofrece un abanico de servicios: además de fotos y videos, ella vende por 250 pesos, media hora de “chat hot”, una conversación erótica con intercambio de fotos y videos; y por 350 pesos, los clientes pueden sostener durante 30 minutos una video llamada erótica.
La difícil transición
Anahí, integrante de la Alianza Mexicana de Trabajadoras Sexuales, asegura que ha bajado la clientela que quiere ver a las sexoservidoras en persona, pero sí ha aumentado el número de clientes que buscan packs , o encuentros virtuales. "Muchas compañeras se están pasando a las redes sociales, en lugar de salir a la calle a conseguir clientes; a esto se le llama teletrabajo y es ahí donde se ve el futuro del trabajo sexual", señala.
Sin embargo, para las trabajadoras sexuales de la tercera edad es más difícil acceder a este tipo de tecnología y ellas son las que más están padeciendo la ausencia de clientes. "Porque nadie enseña a ser trabajadora sexual y menos en redes sociales; más bien ellas aprenden sobre la marcha y a su vez comparten ese conocimiento" comenta Anahí.
“Con el covid vemos que muchos trabajos que antes se hacían en persona, ahora se hacen desde casa; creo que es lo que está pasando con el trabajo sexual; por eso es necesario actualizarse" dice Anahí, mientras se cubre el rostro con una careta.
ledz