Las miradas de la poca gente que aún anda por las calles de la ciudad son de asombro ante el cierre de cines, instalaciones deportivas, iglesias, plazas y lugares turísticos, restaurantes y bares.
El coronavirus ha frenado el andar de la ciudad, gobierno y sector salud ya lanzaron las recomendaciones a la comunidad para que evite salir de sus casas y así no padecer del mal que camina lento por todo el mundo.
Alex, tiene una necesidad, llevar el sustento a su hogar, por ello sale a hacer sus recorridos como cada noche, con su tabla de dulces, chicles y cacahuates para ofertar a la gente que le gusta la vida nocturna que asiste a bares y restaurantes, no se puede detener a pesar de la contingencia.
El reloj marca las 01:00 horas, es la primera noche del Tampico con la contingencia; sabe que algo invisible llegó pero él se la juega. “Ahorita ya no hay venta, todos los antros cerraron y, pues si me baja mi venta, de por sí es poca”.
El rostro refleja tristeza, preocupación, sabe que este es el comienzo de una larga crisis. “Siempre surto mucho en mi tablita, pero la verdad, ahora que están diciendo esto del coronavirus, no surto igual, las ventas son muy bajas, pero aquí estoy haciendo la lucha”.
Ante la soledad de las calles del segundo cuadro de la ciudad, Alex afirma que se quedará hasta las cinco de la mañana para aprovechar que pasa el transporte público.
“Ya lo que venda es bueno, de aquí hasta la cinco de la mañana estaré por aquí, esperaré a que pase el primer autobús para regresar a casa, que está en el norte de la ciudad”.
A unos cuantos pasos, las taquerías que siempre suelen estar abiertas y con mucha clientela por la madrugada, ahora están desoladas; los taqueros esperan sentados a que la gente pase, sin embargo no llega, no hay venta pues la vida nocturna en Tampico se ha frenado ante la pandemia. Los minutos siguen pasando, al igual que los taxis que buscan al cliente trasnochador, se escuchan los motores y el retumbar del sonido del claxon que rebota sobre las paredes de una zona de tolerancia solitaria.
Sobre la Plaza de Armas, tampoco hay vida, solo se escucha el trinar de los pájaros que esperan la primera luz del día para poder volar en busca de alimento, mientras que “Pepito El Terrestre” es testigo mudo de la soledad que vive nuestro puerto, éste que día a día tiene vida y que hoy solo se ha guardado por salud.
No acatan recomendación
Los bares y restaurantes de la zona sur del estado no acataron la recomendación de cerrar sus negocios durante la contingencia por coronavirus, incluso, algunos comercios solo disminuyeron el horario de atención. MILENIO Tamaulipas constató que establecimientos no acataron las medidas sanitarias.
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