"¡Llévele, llévele!": ser ambulante en Hidalgo en la nueva normalidad

Crónica. En las calles de la Bella Airosa, con la llamada nueva normalidad se ha recuperado el mercado ambulante

Cubrebocas, entre los artículos que destacan en el comercio ambulante. (Jorge Sánchez)
Pachuca /

Cables de celular, audífonos, esponjas mágicas que quitan la pelusa de la ropa; agujetas, plantillas para zapato, ropa interior, baterías y un sin fin de artículos y productos se encuentran en las calles de la Bella Airosa, con la llamada nueva normalidad se ha recuperado el mercado ambulante, pero también así ha logrado crecer con la constante oferta del articulo de moda: “¡cubrebocas, lleve su cubrebocas; tenemos de todos de neopreno, médicos y de todo tipo para su gusto!", grita un hombre por las calles del Centro Histórico.

Al avanzar por las aceras del primer cuadro de la capital de Hidalgo se puede encontrar una gran cantidad de puestos comerciales que fueron instalados de manera apresurada y clandestina para poder ofertar sus productos; todos ellos diversos pero parece que todos los espacios tienen en común el artículo sanitario de moda: el cubrebocas, ya sea de tela o de grado médico como el N95, casi en su totalidad los comercios establecidos y ambulantes cuentan con este.

Una ventana al comercio fácil se podría pensar, por ello abundan en cada esquina los vendedores de tan cotizadas mascarillas, incluso sin buscar la venta, personas se acercan por curiosidad para ver los diversos diseños que se tienen,  así como los precios, pueden oscilar desde los 10 pesos hasta los 70 por un cubrebocas que es de tela y contiene bordados de Tenangos.

Y del otro lado hay comercio ambulante de todo tipo, que está alejado de la actividad cotidiana y de la activación económica, a un costado de una tienda de conveniencia a la orilla de la carretera, celulares, protectores de pantalla, bufandas para motociclistas; incluso cacahuates bañados en chile habanero para satisfacer un antojo, pero sólo los fines de semana porque este puesto no puede sustentarse diariamente.

"No me sale trabajar diario sólo los fines de semana, y eso a veces porque no siempre me va bien en las ventas, pues la gente ya no se acerca y tiene desconfianza de lo que vendemos", comenta el vendedor, así como él, otros se aglomeran en la banqueta con sus miradas al piso y sus productos reposando a su lado, "estaba pensando en vender cubrebocas", añade, "pues al menos ahorita con eso vendería más".

Sin importar si está en la acera, a las afueras de un comercio establecido o incluso a media carretera, no cabe duda que el ambulante ha vuelto y es parte de la llamada "nueva normalidad".

  • Teodoro Santos

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