En los primeros días del mes de marzo ningún maestro en Hidalgo pensó que terminaría el ciclo escolar lejos de sus alumnos y apartados de sus centros de trabajo.
Olivia León Bautista es docente de profesión y pertenece a la Sección 15 del SNTE en Hidalgo. Como ella, cientos de trabajadores de la educación celebran hoy el Día del Maestro de una forma inédita.
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La “miss Oli” trabaja en Fontezuelas, una comunidad del municipio de Metztitlán en la parte central del estado, entre la sierra y el Valle del Mezquital. Ahí imparte docencia en la primaria Justo Sierra.
Como todos, la pandemia del coronavirus la tomó por sorpresa y ante la instrucción de la SEP en Hidalgo y el gobierno federal, suspendió sus actividades desde el pasado viernes 20 de marzo y hasta la fecha labora bajo la modalidad de clases virtuales.
“Los primeros días fueron inquietantes, tuve dudas pero me gusta estar informada así que empecé a buscar información y a leer lo que me mandaron de supervisión y seguí las indicaciones”, relata.
Sin embargo no todo ha sido fácil. La intempestiva llegada de la tecnología al sistema de enseñanza escolar hidalguense no ha sido una transición cómoda.
“Ya se venía venir, me adelanté junto con personal de la escuela y preparamos actividades para niños, hice una presentación para padres de familia donde aparte de mostrar cómo se trabajaría esos días, las medidas necesarias para prevenir la enfermedad, después ya se vino lo de estar en casa y allí sí vino el estrés porque no estoy acostumbrada primero a estar todo el día en casa y pues si bien es cierto que tomé cursos para manejo de TICS y sobre plataformas digitales, no es lo mismo que ya llevarlo a la práctica”.
Olivia se apoya mucho con Whatsapp, pero la dinámica incluye el respaldo de tutores, madres y padres, pues no todo se puede hacer a distancia, ni con el uso de herramientas que en muchas ocasiones no tienen los alumnos y sus familias.
“No todos tienen la posibilidad de tener un celular y tampoco de tener señal o internet, así que sí es complicado, pero pues la mamá jefa de grupo me ayuda a coordinar a la madres y yo les estuve hablando de manera personal para saber si ya contaban con el material, también tengo la fortuna de contar con una madre de familia que tiene un ciber, ella saca las impresiones para las mamis, en fin, busca una las estrategias para que cuenten con sus actividades”.
A Olivia la experiencia de haber tenido que enfrentar el curso con un cambio brusco en su forma de trabajo le ha cambiado la perspectiva de todo.
“Pasaron los días y empiezas a ver las evidencias, empieza la añoranza, los audios de los niños que te extrañan, que necesitan ver a sus compañeros, ves lo importante que es la relación humana y que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ver perdido”.
Afirma que no es solo estar en la escuela, sino todo lo que conlleva las emociones personales en la formación pedagógica.
“¿La educación a distancia fracasó?, digamos que no tanto, considero que a muchos docentes tuvieron que ponerse las pilas en medio de una pandemia, poder tener la oportunidad de conocer más de las tecnologías, fue tan rápido que tuvieron que hacerlo. Añadiría que tanto los alumnos como docentes debemos contar con las herramientas y últimamente con las capacitaciones”.
La docente concluye con una reflexión sobre lo que ha sido la vida en tiempos del coronavirus.
“La anécdota es que valores tu diario vivir que a veces nos quejamos de lo que hacemos todos los días que ya no quiere uno trabajar, porque no sabes cuando la vida te puede cambiar, esta contingencia me ha hecho concientizarme, sobre mi familia, sobre mi casa, como puede ser un lugar seguro”.