Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México aseguraron que el “exceso de mortalidad” registrada en el país a partir de la llegada del covid-19, hace ya seis meses, se relaciona más con la falta de personal capacitado para atender a pacientes críticos que con tener camas, ventiladores y sectores poblacionales obesos y con diversos padecimientos crónicos.
“Tener un ventilador en un hospital no significa que se le va a brindar a una persona una atención con los mejores estándares, sino se cuenta con el personal y con los insumos requeridos”, explicó Rogelio Pérez Padilla, ex director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratoria (INER) durante la pandemia A/H1N1.
“Uno puede decir fue la diabetes o fue la obesidad”, dijo Pérez Padilla tras referir que independientemente de que se podría estudiar la carga genética y su impacto, la pandemia en México llegó a evidenciar que más que ventiladores y camas, se requería de personal capacitado.
“Ciertamente se incrementaron considerablemente las camas en las que se tiene acceso a un ventilador, pero el personal no daba para ese incremento. (Necesitábamos) personal capacitado, entrenado en terapia intensiva, enfermeras, sobre todo. Ese personal no existe. Hay que prepararlo” y enfrentar la realidad de que “hubo la oportunidad de contrataciones, pero no existió a quién contratar, o muchos decidieron no trabajar el covid”, aseveró Padilla.
En la mesa virtual “Covid-19 en México. Después de seis meses ¿a dónde debemos ir?”, el infectólogo Alejandro Macías también rechazó que el exceso de mortalidad por covid-19 se deba de asociar con una sociedad afectada con problemas de salud pública.
“Esto no es algo que ocurra porque de todos modos la gente ya estaba por morirse. No es cierto. Creo que uno de los conceptos que hemos cambiado es que esta enfermedad (el covid) es una carroñera. No. Se lleva a gente que todavía tenía décadas por delante de vida. Hay que aceptar que ni todos tenemos que enfermarnos ni todos se tenían que morir, eso no es verdad”.
Macías reconoció que el gobierno federal pasó de tener alrededor de 3 mil camas de terapia intensiva a más de 10 mil, “es un gran mérito a ese trabajo de reconversión hospitalaria, mus respetos”; sin embargo no ha mejorado el pronóstico de los pacientes por tener un ventilador mecánico.
“Un paciente que se encuentra en un hospital con pobres capacidades y con ventilador, simplemente, tiene muy bajas posibilidades de sobrevivir”, aseveró Macías tras reconocer la trasparencia en el manejo de los casos de parte del actual gobierno federal.
Macías y Pérez Padilla también consideraron que a seis meses de la pandemia resulta incongruente que se sigan presentando funcionarios públicos y el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador sin mascarillas o cubrebocas, cuando existe la evidencia de que puede reducir el “exceso de muertes” por contagio.
“Yo creo que ahí sí hemos sido tibios en la recomendación; por ejemplo, a mí me sigue superando que tengamos autoridades de salud que en este momento salgan en público sin una mascarilla. Que tengamos un presidente de la República que salga sin una mascarilla”, agregó Macías, integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus, de la UNAM.
María de Lourdes García añadió que el uso de cubrebocas es más que necesario.
“Cada vez hay más evidencia de que se contagia por la vía aérea; por ejemplo, en Inglaterra se detectaron cadenas de transmisión en los que el paciente y el personal no necesariamente estaban cerca. Esa es evidencia de trasmisión aérea. En México es necesario el uso de cubrebocas y me sorprende los mensajes contradictorios de lo que hace la autoridad y lo que dice. El cubrebocas no hace daño, reduce más de 50 por ciento el contagio”.
FS