“¡Fúmele, banda, fúmele!…de uno hasta cinco pesos”

Crónica / Crisis humanitaria

Centroamericanos aprovechan su estancia en el albergue de la Magdalena Mixhuca para hacer business.

Algunos migrantes venden cigarros y otros electricidad. (Jesús Quintanar)
José Antonio Belmont
Ciudad de México /

Algunos centroamericanos aprovechan su estancia en el albergue de la Magdalena Mixhuca para hacer business y sacar unos “pesitos” que después les sirvan en su camino hacia Estados Unidos o para continuar su estancia en Ciudad de México.

Unos decidieron que el negocio más redituable es la venta de cigarros: en la mayoría de los casos, compraron decenas de cajetillas de origen chino, mientras la caravana pasaba por Chiapas.

En todo momento, en el estadio Jesús Palillo Martínez, decenas de migrantes recorren el campamento, con cajetilla en mano, ofreciendo el producto; otros se instalan en determinado punto y colocan una caja de cartón en el piso con toda la variedad: “¡Fúmele, banda, fúmele”.

Con los centroamericanos que cuentan con varias opciones, los precios varían según la marca: Golden Deer y Dart a 1 peso la pieza, o en su caso dos lempiras, la moneda de Honduras. Los cigarros Marshal mentolados cuestan 3 pesos cada uno.

Otros optaron por "invertir” el dinero que pidieron en las calles o carreteras en productos "de mejor calidad": una cajetilla de 20 cigarros de Pall Mall o Marlboro, cuyo precio ronda los 50 pesos; venden cada pieza en 5.

Algunos reconocen que ya venían preparados desde sus países para concretar este negocio y otros se unieron en el trayecto. Víctor, guatemalteco, asegura diario, en promedio, la venta alcanza dos cajetillas con una ganancia de 100 pesos. La caravana lleva ya casi un mes en México.

En otros casos, “invirtieron” en artículos electrónicos que consideran de primera necesidad: cables y cubos para cargar diversos teléfonos celulares, audífonos y pilas externas.

Ashley, originaria de Honduras de 22 años, cuenta que esta venta se le ocurrió el martes, cuando se enteró de que algunos de sus compatriotas se iniciaron en "el negocio de la electricidad".

Se refiere a lo que algunos de los centroamericanos encontraron como el negocio más rentable en el albergue: un grupo se apropió de los enchufes en el Palillo Martínez y cobra por cargar sus aparatos electrónicos.

La cuota va desde 10 hasta 30 pesos, según el tiempo que ocupen. Las autoridades presentes en el estadio notificaron la situación a personal de la Comisión de Derechos Humanos capitalina y ofrecieron resolverla antes de que se genere un problema.

Así el negocio migrante.

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