Una patrulla se acerca a una Central de Autobuses de Tampico en la que un grupo de haitianos espera transporte para seguir su camino a Estados Unidos y genera temor, a tal grado que un joven pregunta: “¿Ellos no nos van a hacer nada, verdad?”. El policía se baja del auto, saca una bolsa de ropa sucia de la cajuela y la lleva a una lavandería cercana.
Luis Robinson, quien salió de Puerto Príncipe hace un mes, está sobre la calle Torreón en espera del autobús, está parado bajo la poca sombra que hay junto a dos de sus compañeros de viaje, el resto del grupo, se refresca en el aire acondicionado de la pequeña central de autobuses, en donde hay por lo menos cincuenta haitianos.
“Falta mucho camino para llegar a Estados Unidos, allá las cosas están mejor; en Haití está peor, las personas responsables de mi piensan solo en dinero”, cuenta el joven a los extraños, que maneja el español sin problemas. El resto de los compañeros se comunica en “creole”, que es una mezcla de francés con lenguas africanas.
“Somos muchos”, expone el haitiano que tiene aspiraciones de ser político en su país, y recuerda que salieron más de 2 mil compatriotas, algunos se alcanzaron a distribuir por el país y otros en diversas centrales de autobuses de Tampico, en el sur de Tamaulipas, porque “podemos decir que Haití está en México ahora”.
Del interior de la Central de Autobuses sale una mujer con su bebé en brazos, le cambia el pañal a su hija en la banqueta, la asea y se regresa, casi de inmediato, una mamá joven sale con su bebé de más de un año, el pequeño sonríe, parece estar feliz, mientras su mamá le cambia el pañal sucio.
“El camino ha sido largo, no aguanto mis piernas”, refiere Robinson, porque han recorrido entre 10 y 15 naciones, viajado en avión, barco, tren, autobús y a pie, “he caminado por tres días seguidos”.
México ha sido un país tranquilo en términos generales, “no nos han tratado tan mal”; sin embargo, en Panamá, “violaron a las niñas y mataron a hombres, mujeres, nos robaron mucho... Panamá está muy peor”, recuerda.
Entre todo este recorrido, Luis dijo que la migración ha generado vida, porque las mujeres embarazadas han dado a luz en territorio nacional, y un caso conocido, fue el de una pareja de compañeros haitianos que nació en el Hospital Civil de Ciudad Madero, en donde se le brindó la atención médica.
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Uno de los haitianos se acerca y pregunta: “¿Cuándo es la fiesta de México? ¿Cómo la celebran? Hay una masa de carne rellena de puerco, esa es deliciosa, ya la probé. Si México celebra la libertad, debe dejarnos pasar en paz, para llegar libres a Estados Unidos”.
Son 15 minutos después del mediodía y un autobús se estaciona en la entrada de la central, el personal del sitio les avisa que es hora de marcharse y los haitianos, hombres, mujeres, niños y personas cargando bebés, salen para abordar el autobús que los llevará directo a San Luis Potosí.
De inmediato llega un segundo autobús, también va para San Luis, pero en viaje semidirecto, otros ven que se amontonan en el acceso al autobús y ya no viajan, deciden perderse entre las calles cercanas a la Central de Autobuses, tal vez, más tarde lo volverán a intentar.
Claman visas humanitarias a AMLO
Hace más de un mes desde Tampico, Wilner Metelus, presidente del Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, aseguró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador deben de entregar visas humanitarias a los migrantes haitianos.
“Hago un llamado al presidente López Obrador a que resuelva el tema de los migrantes haitianos con una visa humanitaria para todos, y hago un llamado a la comunidad internacional, a los defensores de derechos humanos, a los diputados y senadores para tomar postura sobre el tema”, declaró el pasado 9 de agosto.