El covid-19 incrementó los problemas de salud mental en Nuevo León.
De acuerdo con especialistas, la pandemia aumentó la crisis por depresión, ansiedad, las alteraciones del afecto, del sueño, las obsesiones y los suicidios.
En entrevista, Federico Ramos Ruiz, coordinador de investigación del programa de especialidad médica de psiquiatría en la escuela de Medicina del Tecnológico de Monterrey, este periodo con presencia activa en la entidad del SARS-CoV-2 se puede simplificar en dos momentos.
La etapa inicial, destacó, fue de mucha ansiedad y miedo al coronavirus, de mucho encierro, solidaridad y obediencia con las disposiciones del estado.
“De hecho, éramos más obedientes que lo que pedían las autoridades porque había mucho miedo.
“Pero con el paso de los meses la gente se ha ido cansando y, a pesar de que hay muchas noticias de que hay más casos, la gente ha ido bajando la guardia, cosa que no es muy buena”, mencionó.
Debido a ese miedo, dijo, al principio se registró un alza en las crisis de ansiedad, de pánico, de hipocondría, y de obsesiones, y un repunte en las recaídas en las enfermedades de esquizofrenia, y trastorno bipolar, entre otras.
Con el paso de los meses, precisó, llegó un agotamiento e incertidumbre. Entonces se empezó a presentar con mayor incidencia el estrés crónico, los temas de problemas familiares y un incremento en suicidios, “desafortunadamente”.
El insomnio es la madre de la ansiedad
Las alteraciones del sueño han ido en incremento. Esto trajo consigo un alza de la ansiedad y el estrés, dado que, destacó Marco Tulio Garza González, neuropsicólogo, docente e investigador de la Facultad de Psicología (FaPsi), de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), “el insomnio es la madre de la ansiedad”.
Al no dormir bien, dijo, la gente anda de mal humor, cansada, falta de atención, improductiva y con la posibilidad de sufrir accidentes laborales.
“Hay que cuidar los hábitos del dormir. El insomnio te va a afectar los niveles de atención y puede haber accidentes laborales o una baja de productividad”, recalcó.
Los trastornos alimentaciones también al alza
De acuerdo con María Guadalupe Iglesias Ramírez, docente de la Facultad de Psicología (FaPsi), de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la presencia del covid-19 trajo consigo de manera considerable los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia.
Un alza que, dijo, con los estudios que se tienen al momento es de alrededor de un 35 por ciento en comparación con años anteriores.
En cuanto a la anorexia “que es no aceptarse físicamente y tener una percepción distorsionada de su cuerpo”, en el caso de las mujeres, comentó, la relación es de un caso en 250 y en los hombres de uno entre mil.
Entre los 14 y los 25 años, señaló, es en el rango de edad donde más incidencia de casos se presenta.
Y, en ambos casos, destacó, se requiere de un apoyo interdisciplinario para sacar adelante a estos pacientes, es decir, de una doctora, un psicólogo y un nutriólogo.
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