En su desesperación, migrantes en Reynosa permanecen viviendo en los pocos campamentos que aún prevalecen, otra mayoría, renta a excesivos costos pequeños y austeros cuartos para su espera en la frontera.
En Reynosa se estima que la población flotante en calidad migratoria rebasa las 15 mil personas, cifra que fluctúa entre quienes arriban desde el sur para buscar su ingreso a Estados Unidos a través de la frontera con Texas, y los deportados.
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Los albergues migrantes siguen rebasados en su capacidad. A las afueras del refugio Senda de Vida 2 se observan casas de campaña de quienes no obtuvieron uno de los 2 mil espacios disponibles, y que han decidido a pesar de las carencias, permanecer ahí.
"No vivimos bien aquí, no hay espacio, hay gente que duerme afuera, si hay espacio, entra, si alguien tiene cita, otro entra".
Su baño es un balde de plástico y su cama el interior de una casa de campaña.
"Uno hace del baño en al balde y se bota fuera".
Aquí la mayoría de los migrantes son de Haití, orillados por la inseguridad.
El sector centro de Reynosa se ha convertido en la zona habitacional para muchos extranjeros que pagan semanalmente de 800 a 2 mil por rentar pequeños y austeros cuartos de renta.
"El tema del arrendo es muy difícil, a veces encontramos un espacio para cuatro o cinco personas, hay personas que están viviendo en la calle, en la plaza, es muy complicado para nosotros, por una pieza chiquitita como 800 o mil mil pesos, semanal. Es difícil, estamos sin trabajo, cada mañana a las 9:50 de la mañana buscamos la cita".
Cada día a las 10:00 de la mañana esperan en sus celulares la aprobación de su solicitud de asilo en la aplicación de CBP ONE, pero pocos lo logran.
Autoridades locales señalan urgente que Estados Unidos reforme las políticas migratorias, para frenar la crisis en las fronteras mexicanas.
VLSS