A pesar de la crisis económica y las diferentes complicaciones que se viven en Estados Unidos, los más de un millón 200 mil poblanos migrantes se mantendrán en el país vecino del norte y solo regresarán por causas de fuerza mayor como algún problema familiar, la deportación o porque ya cumplieron con los objetivos que originaron la salida de su comunidad de origen.
En el punto anterior coincidieron académicos de diferentes instituciones de educación superior en el marco de la presentación virtual del análisis “Los retos de un retorno digno y la corresponsabilidad desde los países de origen”, organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, en donde se coincidió en que el proceso de retorno de personas migrantes a sus países de origen se presenta como una suma de esfuerzos atomizados, ambiguos y poco garantes de los derechos humanos.
Miguel Ángel Corona Jiménez, investigador de la Ibero Puebla, señaló que México cuenta con programas de apoyo para migrantes desde el gobierno federal, aunque los más exitosos han sido a nivel estatal y municipal.
Resaltó que, en el estado de Puebla, proliferan los esfuerzos aislados de alcance limitado; el migrante que se fue no es el mismo que el que regresa; y la experiencia migratoria puede llevarle a cambios importantes.
“Lo que se menciona en la teoría no se presenta en todos los casos, pues influye el ciclo económico de cada familia. Por tal motivo, recalco la necesidad de la colaboración entre sociedad civil, instituciones educativas y sector público para garantizar espacios de desarrollo óptimo para los migrantes que regresan”, comentó.
“Más del 60 por ciento de personas migrantes regresan por motivos familiares. El proceso de retorno de personas migrantes a sus lugares de origen se presenta como una suma de esfuerzos atomizados, ambiguos y poco garantes de los derechos humanos”, apuntó.
Para el académico de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, es difícil que haya coordinación migratoria entre gobiernos federales debido a las implicaciones políticas; sin embargo, a nivel estatal y municipal pueden darse ejercicios de paradiplomacia entre homólogos.
“Es importante que la atención a migrantes rebase el tema económico e impacte a las atenciones a la salud”.
Corona Jiménez destacó que, en muchos casos, los migrantes que regresan a México lo hacen con padecimientos adquiridos en otros países y se atienden en los sistemas de salud pública locales; y propuso que pasen por un sistema de organización pública o de lo contrario no serán escuchados.
Por su parte, la investigadora Yolanda Villavicencio Mapy explicó que la migración latinoamericana se debe a la pérdida de poder adquisitivo en correspondencia con el aumento del trabajo informal durante el periodo pandémico.
En tanto, Yolanda Villavicencio subrayó que, en general, en América Latina interesa que la gente se vaya porque las remesas son un ingreso importante para dinamizar las economías y para enfrentar diferentes problemas internos.
“No se asumen responsabilidades porque es una recomendación, no un imperativo. No hay voluntades políticas para mejorar los derechos humanos de los migrantes”.
mpl