El espacio público existe en la vida del hombre, pero con límites, y, en la actualidad, su reorganización en ciudades como Puebla es la clave para enfrentar la reactivación económica ante los contagios de covid-19, explicó Astrid Petzold Rodríguez, coordinadora académica de la Licenciatura en Arquitectura de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap).
Las dos caras actuales del espacio público ante la pandemia se relacionan con su negación porque se percibe como una doble amenaza en cuanto a salud; y al mismo tiempo se presenta como un problema de seguridad, explicó la académica.
Durante el panel virtual denominado “El nuevo espacio público” organizado por la Udlap destacó que, pese a las amenazas que presenta el espacio público, es clave para el bienestar de la población en las ciudades.
“Es clave porque ahora somos conscientes de la importancia en términos de salud ambiental, física, emocional e inclusive, desde el punto de vista de la subsistencia”, comentó.
En su oportunidad, Melissa Schumacher González, académica del Departamento de Arquitectura de la UDLAP, lamentó que el uso de espacios exteriores y públicos se haya radicalizado a raíz de la pandemia, a tal grado, que se prohibió la entrada a parques, espacios recreativos, entre otros lugares.
“La pandemia nos enseñó que la ciudad sigue siendo sólo para los sectores productivos de la población. Lamentablemente se prohibió la entrada a parques y se afectó a los sectores vulnerables de la población dentro de los cuales se encuentran niños, gente de la tercera edad o personas con cierta discapacidad”, expresó.
Por su parte, Eduardo Gutiérrez Juárez, académico del Departamento de Arquitectura de la Udlap, resaltó que el espacio público se divide en el área física, es decir, lo construido, lo que se puede ver y lo que se puede tocar y, el área socioespacial, es decir, todo aquello que pasa en el espacio público.
“El reto en las ciudades es que el espacio para ser de calidad debe cumplir características como ser confortable, seguro e incluyente”, comentó.
Para Marco Enia, investigador del Departamento de Arquitectura de la Udlap, resaltó que la pandemia de coronavirus aceleró la manera de relacionarse del ser humano y, en la actualidad, aumentan las posibilidades del aislamiento.
“Nuestro tiempo personal se está transformando en un tiempo aislado donde aumentan las posibilidades de quedarnos en casa y disminuyen las oportunidades para salir a lo público, y ahora en tiempos de pandemia tenemos excelentes razones sanitarias para quedarnos en casa”, comentó.
Al espacio público se le considera como un instrumento de resistencia contra la degradación peligrosa de la vida, porque permite que los seres humanos disfrute de un tiempo social y productivo, expresó.
Por último, Anne Kurjenoja Lounassaari, directora académica de la Licenciatura en Arquitectura de la Udlap, resaltó que el espacio público es un aglutinador de la identidad, de pertenencia a un grupo, ya que dice “quiénes somos y qué espacio público ocupamos junto con otros ciudadanos en actividades”.
“Ahora que estamos confinados, la ocupación física del espacio público se ha convertido en un peligro generándose así un nuevo espacio público de manera virtual que lleva a nuevas identidades”, finalizó.
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