La muerte de nueve personas que se dirigían a comercializar flores en Puerto Vallarta enlutó Acatzingo, ocho de ellos fueron despedidos en el Barrio de San Diego.
Al mediodía de este jueves, cientos de personas se dieron cita en la Iglesia de San Diego donde ocho de los fallecidos en el accidente en la carretera Guadalajara-Puerto Vallarta recibieron la bendición del padre luego de una misa de cuerpo presente.
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Los cuatro menores y cuatro adultos pertenecían a las familias Castro Quintero, Zambrano Jiménez y Cuates Sayas, quienes fueron acompañados por decenas de oriundos de Acatzingo, ya que de una u otra forma tenían algún nexo con los difuntos.
Mariachis, arreglos florales y globos blancos enmarcaban la triste despedida de sus seres queridos, los ataúdes blancos y de tonos grises fueron colocados en una explanada del camposanto, donde la fila de cercanos que pretendían dar el último adiós abarcaba gran parte de los pasillos del cementerio de la comunidad.
Entre lágrimas y porras las palas de arena fueron cubriendo los féretros de ocho víctimas mortales de la volcadura de un camión de redilas, ocurrida la madrugada del lunes en la carretera Guadalajara-Puerto Vallarta, a la altura del kilómetro 52 en el tramo conocido como Jala-Compostela.
Aquel día, su vehículo cargado de flores pretendía llegar a Puerto Vallarta para comercializar la flor para el festejo del día de las Madres, pero una falla mecánica truncó sus planes, dejando muertas a 9 personas y heridas a un tanto igual que fueron atendidos en hospitales de la zona, entre los cuales algunos serán traídos al estado para su recuperación.
AAC