Sequía provoca que iglesias sumergidas resurjan en Edomex

Hay temor entre quienes habitan la zona, ya que aseguran que si no llueve, se secará completamente la presa.

La hacienda contaba con su templo.
Fernando Cruz
Edomex /

La ola de calor y las sequías han dejado severas afectaciones en los principales cuerpos de agua del Estado de México.

Las presas encargadas de abastecer de agua a decenas de comunidades, han comenzado a sufrir los estragos de este efecto, lo que ha provocado que emerjan templos que llevaban decenas de años bajo el agua.

Una de las presas afectadas es el lago de Guadalupe.

Una de las presas afectadas es el lago de Guadalupe, este cuerpo de agua cuenta con una superficie superior a las 400 hectáreas y su extensión abarca los municipios de Cuautitlán Izcalli, Atizapan de Zaragoza y Nicolás Romero.

El nivel es tan bajo, que ha comenzado a emerger la iglesia de la antigua hacienda de Guadalupe, la cual data de la época del Porfiriato.

Ha comenzado a emerger la iglesia de la antigua hacienda de Guadalupe

Durante el periodo del general Porfirio Díaz, la hacienda estuvo habitada por su personal, pero después pasó a ser propiedad de él, inclusive contaba con un campo de tiro. Es decir acudía con su gente al campo a disparar, utilizándola como hacienda de recreo.

Siendo la hacienda más grande de todo el valle de Cuautitlán. Formando parte del grupo de haciendas lecheras de toda la región.

Alejandro Mondragón Hernández, cronista Cuautitlán Izcalli mencionó que “al terminar la revolución mexicana viene un periodo de liberación y en ese periodo en los años en los años 30s de 1936 a 1944, es precisamente la construcción de la presa, o la pared de la presa para ser la cortina y empezar a llenarla de agua, la hacienda queda inundada y precisamente en época de estiaje, en época que baja el agua, se alcanza a ver la torre de la iglesia”.


La hacienda contaba con su templo en honor a la virgen de Guadalupe, y se decía que tenía las campanas de Oro.

Hay temor entre quienes habitan la zona.


Tras ser inundada al convertirse en presa, muchos valientes intentaron sumergirse para rescatar las supuestas campañas de oro.

Mondragón Hernández explicó a MILENIO que “hay una leyenda, en donde se dice que durante algunas noches cuando se oyen las campanas de la iglesia, mucha gente las ha escuchado, se escucha música le llaman un aquelarre, le llaman una fiesta, dicen que cuando se escuchan las campanas de la iglesia, es porque alguien observa luces también dentro de la presa, al observar esas luces mucha gente se ha atrevido a ir a buscar esas campanas por qué se dice que son de Oro”
Hoy, se alcanza a apreciar parte de la Torre del templo.

Hoy, se alcanza a apreciar parte de la Torre del templo.

A 24 kilómetros del centro del municipio de Villa del Carbón se encuentra la presa Taxhimay.

Esta presa se construyó entre el año 1934 y 1940, cuando el general Lázaro Cárdenas despidió desalojar el pueblo de San Luis de las Peras, para inundarlo y abastecer de agua principalmente el estado de Hidalgo, quedando bajo el agua los asentamientos de aquel pueblo.

Cuando el nivel del agua baja, se pueden apreciar dos Iglesias, la primera que era destinada a la veneración de San Luis de Francia y la otra en honor al señor de los Quejidos.

Cuando el nivel del agua baja, se pueden apreciar dos Iglesias.

Este año, el nivel del agua ha disminuido tanto que cualquier persona puede llegar caminando hasta estos dos templos, sin ninguna dificultad.

La presa está considerada como uno de los destinos turísticos de la región más importantes, además de que pescadores y agricultores se benefician con la creciente de la presa.

Pero debido a que ha llegado a niveles críticos, el turismo ha disminuido, hay bajo conteo de peces y el agua ya no llega a las zonas de riego.

Rosa Barreto González, habitante de San Luis Taxhimay, dio a conocer que “cuando se llena la presa, se tapa toda la iglesia y llega hasta la otra iglesia, y ahorita están descubiertas las dos…el año pasado y ahorita no se ha llenado, el año pasado llegó a las columnas y ahorita ya se está yendo toda”, lamentó.
El turismo ha disminuido


Pobladores y prestadores de servicios aseguran que desde hace 25 años, no se habían visto niveles tan bajos en la presa.

Rosa Barreto agregó que “en el turismo y todo, porque en verdad aquí trabajamos para mantenernos y ahorita como, es poca gente ya la que llega, porque no hay agua esperemos en Dios que llueva para que se recupere todo esto”.

Hay temor entre quienes habitan la zona, ya que aseguran que si no llueve, se secará completamente la presa, dejándolos en una sería situación económica y alimentaria.


HCM


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