Refugios para mujeres, 'oasis' para víctimas de la violencia en pandemia

La pandemia ha aumentado las denuncias por delitos de violencia doméstica, debido a que las víctimas pasan más tiempo con sus agresores.

Los refugios para mujeres víctimas de violencia han recibido más solicitudes. (Especial)
Sandra Rojas y Azucena Rangel
Ciudad de México /

La emergencia sanitaria por covid 19 dejó en evidencia el grave problema de violencia doméstica que muchas mujeres, niñas y niños viven dentro de sus hogares y ante la cual han tenido que desplazarse a otros espacios en busca de refugio.

En México, las mujeres no están seguras en casa; según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a octubre de 2020 se han reportado 184 mil 462 delitos por violencia familiar, es decir, al día se realizan más de 600 denuncias. Siendo el mes de octubre el que contó con mayor de denuncias en todo el año con 20 mil 590 casos.

María, quien pidió mantener su nombre en el anonimato por cuestión de seguridad, es sobreviviente de violencia doméstica, las amenazas, humillaciones y golpes formaban parte de su realidad familiar.

"Mi vida la sentía perdida, sin apoyo, me sentía sola; tenía miedo hasta de cerrar los ojos por las amenazas", contó.

Esta realidad se transformó cuando decidió pedir ayuda a la Red Nacional de Refugios (RNR), donde le ofrecieron la oportunidad de iniciar una vida libre de violencia.

"Desde el primer día que yo dormí en el refugio mi vida y la de mi hijo cambiaron, él hasta me dijo: ahora sí podemos dormir a gusto, nadie nos molesta", detalló.

El testimonio de María es uno de los miles de mujeres que existen en el país por violencia contra las mujeres, que incrementó de manera significativa por el confinamiento, es por eso que refugios, LUNAS, centros de atención a mujeres se volvieron aún más indispensables para proteger a las mujeres de estas violencias.

Durante la pandemia, la Red Nacional de Refugios ha realizado 37 rescates de mujeres y sus hijos que tuvieron que huir de sus hogares. Además, de marzo a noviembre de 2020 han atendido a 38 mil 81 personas, lo significa un incremento del 68 por ciento en comparación con 2019.

“La pandemia nos demostró al igual que las mujeres que están encerradas con su agresor que las posibilidades de pedir ayuda son menores, entonces nosotras tenemos que ser más inteligentes y estratégicas para buscar la forma de ayudarles y darles opciones”, dijo Wendy Figueroa, directora de la RNR.

También se incrementó un 66 por ciento el número de solicitudes de ingreso a los refugios de mujeres, niños y niñas que llegan a los refugios y centros de atención para solicitar orientación, apoyo y protección ante las violencias.

La Red señala que el 85 por ciento de las mujeres, niñas y niños que llegan al refugio son víctimas de violencia intrafamiliar, mientras que el 8 por ciento de los niños y niñas que están en refugio refieren ser víctimas de abuso sexual durante el confinamiento por alguna persona masculina de su familia.

De acuerdo con Ingrid Gómez, secretaria de la mujeres en la Ciudad de México, dentro de la capital se atendieron a 7 mil 526 mujeres de manera inicial y de las 27 LUNAS que son centros dedicados a brindar atención integral a las mujeres víctimas de violencia, sólo pudieron seguir operando 17 debido a la pandemia por covid-19.

Aunque a pesar de eso, la secretaria aseguró que en al menos una LUNA por alcaldía se continúa brindando el servicio; además de habilitar una línea de ayuda para canalizar a las mujeres al centro de atención más cercano.

“Habilitamos dos números en la secretaría, uno de acceso a la justicia que tiene que ver con las abogadas de las mujeres y otro que tiene que ver con vida libre de violencia para referirla a la LUNA más cercana; en el centro de la estrategia territorial están las LUNAS porque son espacios para las mujeres que además a diferencia de otros lugares para la atención, son territoriales”, comentó en entrevista para MILENIO.

Del mismo modo, la emergencia sanitaria implicó que los refugios tuvieran que lidiar no sólo con el incremento en el número de mujeres sino con la necesidad de implementar protocolos para evitar los contagios dentro de estos espacios.

Uno de estos lugares es la Casa Hogar para Madres Solteras, la cual decidió cerrar sus puertas de marzo a julio para proteger a todas las mujeres de su centro, y solo una de ellas podía salir para comprar despensa y cosas para el lugar.

Cuando decidieron reabrir sus puertas debido a los efectos psicológicos que generaba el confinamiento para todas las madres que se encontraban en el lugar, dividieron los horarios de comida para tener menor afluencia de personas, además de que para todas las personas de nuevo ingreso se las aislaba por quince días en un cuarto junto con su hijo para evitar riesgos a quienes se encontraban en el centro.

Pese a que la pandemia dificulta el trabajo de estos centros y algunos lugares se vieron sobrepasados por la afluencia de mujeres que requerían espacios seguros debido principalmente al aumento de la violencia doméstica, quienes lideran estos centros aseguran que su misión continúa sin freno ante las dificultades.

Acciones para las mujeres frente al 2021

Tanto Wendy como Ingrid aseguraron que frente a la incertidumbre del 2021 en el tema de violencia hacia la mujer, así como en la situación de la pandemia, se encuentran preparadas para seguir apoyando a todas las mujeres que son víctimas de violencia.

En el caso de la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México, Ingrid aseguró que seguirán trabajando para garantizar una mayor facilidad en el acceso a la justicia, pero además invertirán en campañas de difusión para que tanto las niñas como las mujeres sepan que en caso de necesitarlo contarán con el respaldo de la institución.

“Nosotras tenemos proceso de atención especializada, de acompañamiento y vamos a estar con las mujeres pero es importante que acudan y busquen ayuda”, precisó.

Por su parte, la Red Nacional espera aumentar a 75 los espacios para la atención de mujeres.

“Mantenernos operando aún con todo el escenario tan complejo de un país que invisibiliza las violencias, tiene acciones intersectoriales, cuestiona a las organizaciones de la sociedad civil y no reconoce las voces de las víctimas; significa que cada acción y paso es un logro de resistencia e insistencia hacia nuestro derecho de vivir libres de violencia en todos los espacios públicos y privados”, finalizó Wendy Figueroa.

​RLO

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