Correr me salvó la vida y ya llevo 10 maratones: David León

Entrevista

El coordinador nacional de Protección Civil cuenta que su suegro lo persuadió de hacer deporte, luego de verlo todos los días sentado en un sillón frente a la televisión al lado de su hija; es puma, cinéfilo y lector de Malcolm Gladwell.

“Soy obsesivo, disciplinado y solitario; lo más valioso en mi vida es mi familia”. (Especial)
José Antonio Belmont
Ciudad de México /

Correr le cambió la vida y desde hace 13 años no ha dejado de hacerlo. David León (Ciudad de México, 1981), actual coordinador nacional de Protección Civil, ha participado en una decena de maratones nacionales e internacionales, así como en otras competencias de Iron man, que también le permitieron enfrentar uno de sus miedos de la infancia: el mar.

El funcionario federal confiesa que desde hace un año no va al cine, al contrario del estadio de Ciudad Universitaria, adonde va cada que puede para ver, desde el Palomar, a los Pumas de la UNAM, su equipo favorito de futbol.

León se considera una persona de trabajo, obsesiva, disciplinada y solitaria, aunque resalta que lo más valioso en su vida es su familia.

¿Cómo comenzaste a correr?

Mi suegro fue quien me persuadió. Él corre mucho y, durante mucho tiempo, me vio en el sillón de su casa viendo la televisión con su hija —fuimos novios 11 años—, y un día me dijo: “Deberías de correr, te invito”, y el sábado nos vimos en los Viveros de Coyoacán, yo traté de correr una vuelta, que son más de 2 kilómetros, y no recorrí ni 300 metros, lo demás lo hice caminando.

Era una etapa que salía mucho de fiesta, comía desordenado, fumaba, no hacía ejercicio, subí de peso, me descuidé. Mi suegro me hizo uno de los obsequios más valiosos que tengo: conocer el deporte de cerca, la carrera, y correr me salvó la vida, me cambió. Desde entonces, 2005, no he dejado de hacerlo.

¿Cuál fue tu primera carrera?

Una de 10 kilómetros. A los tres meses que empecé a correr me inscribí, y la mayor satisfacción que tengo es esa primera carrera, por lo que se vive la primera vez: no recibes instrucción de nadie, te frenas cuando quieres, sigues cuando quieres seguir: es el único espacio donde tienes absoluta libertad.

¿Cuántos maratones ha corrido?

Unos 10: un par de veces el de Ciudad de México, además de Chicago, Miami, Nueva York y Austin, en Estados Unidos... el año pasado corrí el de Washington, que con el tiempo que obtuve pude clasificar al de Boston. Correr es una actividad que te enseña mucho y, por ejemplo, el maratón me llevó a otros deportes.

¿Cómo cuáles?

A la bicicleta y a nadar, principalmente, que además me ha ayudado a vencer mis miedos: de niño yo le tenía un miedo tremendo al mar, y ya de adulto, siendo maratonista, pasaba por un cuerpo grande de agua y me daba mucho miedo. Eventualmente, para vencer ese miedo, dije: “Voy a hacer un triatlón”, y comencé haciendo uno donde nadas kilómetro y medio, andas en bicicleta 40 kilómetros y corres otros 10. Después hice medio Iron man, participé en unas siete competencias de esas: nadas 1.9 kilómetros, andas en bici 90 kilómetros, y corres 21 kilómetros. Al final hice un par más pero completos en Cozumel y otro en Colorado. En esos nadas casi 4 kilómetros, en bici son otros 180 y corres un maratón.

¿Por qué dejaste de hacer Iron man?

Sí genera un desequilibrio tremendo en tu vida. Tienes que entrenar dos horas diarias y los sábados te echas dos más en bicicleta, y los domingos tres corriendo. Entonces incumples con la familia, el trabajo, le pegas a todas tus demás áreas. Es una prueba en la que el récord mundial debe andar en ocho horas. En 2013 habré hecho 15 y en 2016, unas 14. Arrancas a las seis de la mañana y acabas a las ocho de la noche. Soy un hombre de familia, obsesivo, disciplinado, de mucho trabajo, solitario; soy de pocos amigos, pero trato de ser mesurado, de ser prudente uno no se arrepiente, de ser imprudente sí.

Además de correr, ¿qué otras aficiones tienes?

Me gusta el cine, pero no voy desde hace un año. Mi día primordialmente lo tiene la Protección Civil, es la responsabilidad más importante que he tenido profesionalmente, me siento muy afortunado de trabajar en una coyuntura histórica para el país. Mi familia es lo más valioso, tengo cuatro hijos, siempre soñé con tener mi propia familia, en mi esposa tengo lo más valioso, es la primera novia en serio que tuve desde la preparatoria. Entonces, ahora tengo que buscar un espacio para mi deporte, para leer y escribir, tengo un par de borradores de textos que en algún momento quisiera publicar.

¿Qué estás leyendo ahora?

Sin filias ni fobias: Memorias de un fiscal incómodo, de Santiago Nieto, compañero de gabinete. Me gusta mucho leer sobre política pública. Estudié una maestría en Administración Pública y otra en Políticas Públicas, entonces me llaman mucho la atención estos textos, mi libro favorito es Outliers de Malcolm Gladwell, mi autor favorito.

Aficionado de los Pumas...

Sí, por muchos motivos: mi papá es ingeniero por la UNAM. Jugué en Pumitas. Estudié el posgrado ahí, y cuando me tocó verlos jugar, tenían un equipo extraordinario con Jorge Campos, Claudio Suárez, Israel López, Jorge Santillana... ahora cada que puedo voy al Palomar.

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