A José Nabor Cruz Marcelo (Ciudad de México, 1981) le encanta asistir a conciertos masivos en el Foro Sol y el Estadio Azteca, pues ahí convive con sus amigos y le ayudan a distraerse, sin embargo no se considera tan bueno para bailar, pues dice tener “dos pies izquierdos”.
Afirma que nunca se imaginó convertirse en el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), pero aprovechará la oportunidad para “poner su granito de arena” y coadyuvar a erradicar la desigualdad y la pobreza en el país.
Señala que el apoyo de su familia ha sido indispensable en cada una de sus decisiones, lo cual lo ha llevado a convertirse en licenciado, maestro y doctor en economía por la UNAM, pero si no se hubiera enamorado de esa materia, posiblemente haría producción de medios audiovisuales.
¿Alguna vez imaginó ocupar un cargo en el Coneval?
Francamente no, como una meta que me haya yo trazado no, porque ya tenía la vida resuelta en la UNAM con la plaza de investigador; más bien eran retos al interior de la universidad, no tanto estar aquí.
¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces?
La más grande diferencia ha sido el estado de ánimo, en la academia hay un estado lineal, siempre pensando en los tesistas, en proyectos de investigación y artículos; en la administración pública, hay muchos aspectos prioritarios que indudablemente requieren de atención y vas pasando por todos ellos. Yo lo definiría como una montaña rusa y son parte de esas emociones, pero todo ha sido disfrutable.
¿Le ha costado adaptarse?
Son muchas actividades, sobre todo muchas reuniones; hay días que empiezo siete u ocho de la mañana y todo el día es muy movido. Debí reajustar horarios personales, pero se debe tener en cuenta que nuestro objetivo es coadyuvar a combatir la pobreza y todo esto vale la pena.
¿Qué significa para usted la palabra política?
Es para pensarlo, no podría definirlo instantáneamente, pero yo creo que es una herramienta que coadyuva al ejercicio de la administración pública.
¿Y la palabra desigualdad?
Es una tragedia mundial, un problema que debemos combatir no solo a escala municipal, estatal y nacional, sino mundial; es importante tener recursos naturales y materiales para que toda la población pueda comer bien y que eso no esté ocurriendo. Me parece que no estamos haciendo bien las cosas.
¿Cómo se define?
Soy una persona de retos, que siempre busca cumplirlos; soy muy honesto en el sentido de que me gusta ser frontal en todo momento y básicamente me gusta alcanzar mis sueños y mis metas.
¿Qué hace durante sus tiempos libres?
Me gusta mucho ir a conciertos, es una parte que siempre he disfrutado; desde muy joven asisto a conciertos masivos, incluso más que ir a un bar; otra de las actividades que me apasionan es ver series y me ayudan a relajarme.
¿A qué conciertos asiste?
Pues me gusta todo tipo de música y cuando digo de toda es toda, pero sin duda mi favorita es el pop en inglés, puedo pasar de Pearl Jam a Daft Punk o Coldplay o U2 y, en ese sentido, puedo asistir a cualquier acto masivo en el Foro Sol o en el Estadio Azteca.
¿Qué tal es para bailar?
Ufff… para eso sí soy muy malo, tengo dos pies izquierdos y sé muy poco, pero uno hace el intento en todos los sentidos y cuando la ocasión lo amerita, hago mi mejor intento.
¿Qué series y películas ve?
Me gustan las series policiacas, los thrillers, aunque soy multifacético, puedo ver The Big Bang Theory hasta Game of Thrones y en el cine, por ejemplo, soy más de géneros de acción, pero no me niego a ver películas cómicas.
Si pudiera elegir ser un superhéroe, ¿quién sería?
Definitivamente Batman, me gusta todo el contexto del personaje, es decir, no es un superhéroe con armas propias como Superman, que es alienígena y por eso tiene poderes, sino que con inteligencia, fortaleza física y dinero desarrolla su armamento.
¿Qué tipo de lectura hace?
Mis lecturas son de economía y desigualdad; he leído todas las series de Joseph Stiglitz, libros de Thomas Piketty, algunos trabajos de Branko Milanović… y para relajarme los de José Saramago, como El hombre duplicado.
¿Cómo recuerda su niñez?
Tuve una niñez muy cómoda porque hacía lo que me gustaba: ir al escuela, jugar con mi bicicleta. Tuve la fortuna de que mis papás siempre nos fomentaron estudiar y nos dieron el apoyo.
Si no se hubiera dedicado a la economía, ¿qué hubiera sido?
En el CCH tuve que elegir un área y me gustaba economía, pero también ciencias de la comunicación. Si no me hubiera enamorado de la economía, habría sido productor de medios audiovisuales.
¿Cuál es su libro favorito?
Ensayo sobre la ceguera y El hombre duplicado me impactaron mucho.