Durante la primera quincena de abril, entre 5.2 y 8.1 millones de personas reportaron haber perdido su empleo, ser descansadas o no poder salir a buscar trabajo, debido a la emergencia sanitaria por coronavirus, así lo reveló la Encuesta de seguimiento de los efectos del covid-19 en el bienestar de los hogares mexicanos (Encovid-19).
Lo anterior, contrasta con la información proporcionada en comparación, con octubre y diciembre de 2019, donde sólo 1.9 millones de personas (3.3% de la población) estaba desempleada.
De acuerdo con el estudio realizado por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana (Equide), el 37.7 por ciento de los hogares mexicanos reportó que uno de o más integrantes perdió su empleo o alguna otra fuente de ingresos y fue la población de menor Nivel Socio-Económico (NSE) la más propensa.
“Como sabemos en las crisis hay gente que le va peor y en este caso la tasa más alta es a los jóvenes. Estos niveles de desempleo son más altas en la población joven, la tasa más alta la reporta el grupo de 25 a 34 años y siguiendo de los 18 a los 24 años. Como vemos los más pobres, los que siempre están en la cola izquierda de la distribución tienden a ser los grandes perdedores en términos de empleo”, afirmó Graciela Teruel, del Equide.
La investigadora destacó que el distanciamiento afecta principalmente a sectores de servicios con altos niveles de informalidad, ante la ausencia de un sistema de protección social y de un seguro de desempleo.
Además, uno de cada tres hogares reportó una pérdida de al menos el 50 por ciento o más de sus ingresos, respecto a febrero, un mes antes de declararse la emergencia sanitaria. El reporte detalló que la caída fue del 48 por ciento.
“Los impacto del ingreso y del empleo son muy grandes, cuando vemos esta perdida de ingreso vemos que es mayor entre los hogares con menor nivel socio económico, sin embargo, la pérdida promedio de ingreso es similar en todos los estratos sociales. En esta crisis estamos perdiendo todos”, comentó.
Indicó que sólo el 45 por ciento de los hogares dijo tener los recursos necesarios para cumplir con la Jornada de Sana Distancia, pues en promedio los hogares necesitan 6 mil 558 pesos para mantenerse en sus hogares.
Además, la Encovid-19, alertó que 27.9 por ciento de la población presenta inseguridad alimentaria moderada, lo que supera a la crisis de 2010, cuando el 24.8 se tuvo el nivel más alto de esta carencia.
En tanto, el 32.4 por ciento de los entrevistados dijo haber presentado síntomas severos de ansiedad y el 26.2 por ciento signos de depresión.
“Del total de ansiedad, el 19.6 por ciento fueron mujeres y 12.8 por ciento fueron hombres; mientras que de depresión 34.1 fueron mujeres y 21.9 hombres, sin embargo los adultos mayores de 65 a 81 años fueron el grupo erario con mayor prevalencia de síntomas de depresión con 39.3 por ciento”, subrayó.
En ese sentido, se recomendó establecer una política de ajuste para preservar las fuentes de empleo y garantizar un nivel mínimo de bienestar a los hogares, principalmente a los más vulnerables; y transferir 5 mil pesos mensuales a los hogares de bajos ingresos y a trabajadores en el sector de servicios o con altos niveles de informalidad.
Asimismo, sugirió establecer un Ingreso Básico Universal focalizado en zonas de alta pobreza y otorgar servicios de ayuda telefónica por salud mental para aliviar problemas de ansiedad y depresión.