Hernández Licona desmiente a AMLO: “solo ganaba 92 mil”

“Háganmela buena”

El ex titular del Coneval sugiere que el liderazgo de López Obrador debe ser combinado con buena información para tomar mejores decisiones.

Los gastos de Coneval • FUENTE: Presidencia y ASF • FOTOGRAFÍA: Jorge Carballo • GRÁFICO: Juan Carlos Fleicer
José Antonio Belmont y Karina Palacios
Zongolica y Ciudad de México /

Gonzalo Hernández Licona negó que su sueldo mensual como secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) haya sido de 220 mil pesos, como afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador, y en su cuenta de Twittter publicó una imagen de la nómina del gobierno federal, en la que se observa que su remuneración bruta era de 132 mil 312 pesos al mes y la neta de 91 mil 957.

"Háganmela buena. Adjunto mi sueldo. Era sencillo buscarlo por la trasparencia del Coneval. Por eso digo que si uno utiliza evidencia rigurosa, puede tomar mejores decisiones. El liderazgo presidencial, combinado con buena información, puede generar mejores resultados para el país", escribió en la red social.

Hernández Licona respondió así al Presidente de la República, que desde Zongolica, Veracruz, descalificó nuevamente al Coneval y afirmó que la molestia del ex funcionario se debe a la decisión de reducir los sueldos de los altos funcionarios públicos.

Durante un diálogo con la comunidad del hospital rural de Zongolica, Veracruz, el jefe del Ejecutivo primero realizó una consulta a mano alzada con el personal médico y los pobladores de este municipio sobre este organismo.

El Presidente preguntó quiénes sabían “qué es el Coneval”; la mayoría respondió cuando el tabasqueño dijo que si lo desconocían.

“Funcionarios bien pagados, oficinas lujosas rentadas. Este Coneval, un edificio moderno, no conocen ni siquiera las comunidades, bueno tan es así que las comunidades no lo conocen a ellos”, enfatizó.

Enseguida, López Obrador aseveró que Hernández Licona percibía un salario superior a los 220 mil pesos mensuales, a lo que atribuyó las críticas en su contra.

“Por cuestiones de honestidad, él (Hernández Licona) debería de entender que ya no es la misma política, no somos neoliberales.

“¿Saben por qué es la molestia? Porque yo llegue a la Presidencia y me bajé el sueldo para ser consecuentes (...) ¿Cuánto ganaba el director del Coneval? 220 mil pesos al mes, por eso están molestos, pero ni un paso atrás”, afirmó.

Enseguida, el Presidente cuestionó las declaraciones del ex secretario ejecutivo del Coneval a la revista Proceso.

“Dice que yo ya abandoné mi compromiso de atender a los pobres, ¡claro que no! Le puedo demostrar que ahora los pobres están recibiendo más apoyo que nunca en la historia de México, ayuda, más beneficios”, recalcó.

Historial “limpio”

Durante la gestión de Hernández Licona como secretario ejecutivo del Coneval, la institución mantuvo un historial prácticamente limpio frente a la Auditoría Superior de la Federación.

La semana pasada, López Obrador criticó que el organismo encargado de medir la pobreza tuviera gastos excesivos de operación. A través de sus redes sociales difundió un informe en el que señala que en 2018 se invirtieron 19 millones 809 mil 529 pesos más en el arrendamiento de oficinas que en temas relacionados a la investigación y a la realización de estudios.

“El gasto de arrendamiento de inmuebles fue 79 millones 720 mil 468 pesos, mientras que el gasto de investigación y estudios fue de 59 millones 910 mil 939 pesos”, precisó el Ejecutivo.

Sin embargo, de acuerdo con la ASF, desde 2005, año de su creación, a la fecha, el Coneval solo ha reunido seis auditorías, de las que únicamente en tres recibió recomendaciones de desempeño y en las restantes acató las observaciones emitidas; además no tiene recursos pendientes por recuperar o aclarar.

Cambios generan inquietud: IP

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) indicó en su análisis ejecutivo que el constante ajuste a la baja de los pronósticos de crecimiento para este año y el siguiente, no solo confirman la desaceleración de la actividad productiva, sino también la preocupación por las decisiones económicas y políticas, y la percepción de un entorno de inseguridad para la inversión, corrupción, ausencia de estado de derecho y falta de claridad en las reglas.

Además dijo que es imprescindible un entorno de certidumbre jurídica y pleno estado de derecho que estimule que las empresas lleven a cabo sus planes de inversión.

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