Leer y jugar beisbol es lo que relaja al senador Higinio Martínez Miranda, quien asegura que en los 45 años que lleva en la política siempre ha buscado el bienestar del pueblo mexicano.
El ex presidente municipal de Texcoco, Estado de México, espera que su labor en el municipio pueda servir de ejemplo para todos los mandatarios el país.
Considera que el “nuevo aeropuerto” pudo haber sido una gran construcción que traería empleo en zonas aledañas, por lo que ahora cree que el gobierno federal deberá reemplazarlo con una obra que impulse el desarrollo social de la región.
Con 63 años, opina que sus metas en la política aún no han sido completadas, pues le gustaría estar al frente del estado y convertirlo en un lugar de bien común y libre de inseguridad.
¿Cómo te defines?
Soy una persona de provincia y me defino con unos versos de Jorge Luis Borges: “Un hombre con el alma comedida, capaz de no alzar la voz y de jugarse la vida”.
¿Cuál fue el hecho que cambió tu vida?
Enfrentar durante 45 años el sistema político que había en México me llevó a buscar en la oposición, de ahí que quisiera dedicarme a la política y poder conseguir un cambio, el cual lo obtuvimos con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador.
¿Cuáles son tus aspiraciones?
Tengo la esperanza de convertir el Estado de México en un lugar sin delincuencia y sin inseguridad.
¿Cómo ves el Estado de México si llegas a gobernar?
Quisiera verlo como a Texcoco, un lugar donde haya seguridad, orden, limpieza, además de inversión en educación, salud, en cultura, recreación y deporte. Si pudimos cambiar Texcoco (de Mora), podemos cambiar todo el estado.
¿Qué opinas de la cancelación del aeropuerto en Texcoco?
Mi posición siempre ha sido que se debió continuar con la construcción. El proyecto se empieza con un gobierno distinto al de ahora, pero estoy seguro de que en la administración de López Obrador íbamos a edificar un “nuevo aeropuerto” sin corrupción y, por supuesto, cuidando el medio ambiente, el agua y el desarrollo urbano. Lamentablemente la decisión fue otra, pero se respeta.
¿Qué te hace feliz?
Definitivamente ver a mis hijos y mis nietos, además viajar y leer.
¿Cuál es tu libro favorito?
Te puedo mencionar al menos tres, no como otros. Uno es El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince; Cien años de soledad, de García Márquez, y no dejo de leer La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán.
¿Tienes algún sueño de vida?
Quiero ver un cambio en todos los rincones del país, empezando por mi estado, como alguna vez lo hice con mi municipio, y convertirlo en un lugar sin delincuencia.
¿Aspiras a la Presidencia de la República?
No, si acaso voy por la gubernatura de mi estado, hasta ahí, lo otro ya no.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Regularmente trabajo de 14 a 16 horas diarias, tengo muy poco tiempo libre, pero cuando puedo me gusta jugar mi deporte favorito: el beisbol.
¿Dónde te gustaría pasar más tiempo que no sea Texcoco?
Si es en México me encanta Yucatán, y si es en otra parte, me fascina Cuba, es un país con gente maravillosa.
¿Te consideras serio?
Eso dicen, pero quien me conoce sabe que parezco más serio de lo que soy, me gusta hacer amistades y divertirme.
¿Por qué dejaste la medicina?
Después de cinco años de terminar mis estudios, empecé a involucrarme en la vida política hasta que resulté electo y, hasta la fecha, si no fuera lo que hasta ahora soy, ejercería como médico cirujano en hospitales.
¿Quién te inspiró?
En política fue el ingeniero Heberto Castillo Martínez; si estoy en esto fue gracias a él. Si el pudo fundar el Partido Mexicano de los Trabajadores, yo también podría lograr un cambio en el país.
¿Por qué tomar el caso de la gobernadora de Puebla?
Estamos en deuda con los mexicanos, pues se deben esclarecer los hechos en los que murieron la gobernadora Martha Érika Alonso y su esposo, Javier Moreno, por eso pedí al coordinador Ricardo Monreal estar en la comisión para aclarar ese accidente de 2018, pues no hay indicios de que fuera atentado, pero debemos tener la certeza.