Por los cambios climáticos que se han dado en la parte del norte de Estados Unidos y sur de Canadá, aún son pocas mariposas monarca las que se observan en Nuevo León.
Aunque ya empezó el recorrido migratorio, y van a verse más en días próximos, no serán muchas mariposas, debido a la urbanización del área metropolitana, explicó Humberto Quiroz Martínez.
De acuerdo con el maestro de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León y jefe de la carrera de biólogo, este cambio en la ruta migratoria tiene relación con la disminución de espacio para las plantas y el aumento de la capa de asfalto.
“Lo que pasa es que la mancha urbana, la capa de asfalto ha crecido, el proceso de urbanización que ha sufrido el área metropolitana en general, y con ello han disminuido los espacios donde se desarrollan las plantas.
“Las cuales les sirven como sustrato y de fuente de alimento para las orugas. Entonces tienen que buscar la manera para poder seguir teniendo éxito en su comportamiento reproductivo y por eso es que buscan otras áreas”, destacó.
A decir del especialista, estas plantas en especial tienen unos hábitos que se les denomina ruderales, que crecen a los lados de los caminos.
Por lo que el aumento de la mancha urbana impide que exista ese espacio para que puedan desarrollarse esas plantas claves para su ciclo de vida.
De tal forma, la conservación es factor fundamental, y en ese sentido, comentó, recientemente estuvo en el municipio de San Pedro, y organizaciones como Rotarios y Pronatura están haciendo acciones dirigidas a la conservación de la mariposa monarca.
“Y lo que escuché es que el municipio trae el plan de sembrar o trasplantar esas plantas que le sirven como hospederas a la mariposa, con tal de favorecer la reproducción y que las orugas puedan tener alimento accesible”, expresó.
Quiroz Martínez enfatizó la importancia de apoyar las actividades que se hagan de conservación, y consideró que se debe fomentar el establecimiento de jardines en escuelas primarias, secundarias, como sitios de conservación.
Mientras que sobre la ruta migratoria, destacó, se debe actualizar, por lo que una de sus estudiantes hará su tesis al respecto.
“Ahorita se requiere actualizar cuál es la ruta, tenemos una estudiante que hará su tesis sobre ello y generar esa información”, precisó.
A decir del investigador, el vuelo de las monarca en esta época se ha calculado que es de dos meses y con cerca de 4 mil kilómetros los que recorren.
Los adultos que aparecen en agosto o septiembre pueden vivir hasta seis meses, dijo, y es la generación que se le llama Matusalén, en tanto que una mariposa que se ve en primavera o verano vive un mes “cuando mucho”.
“Estas mariposas que aparecen en estos meses, al empezar a detectar la duración del día que se acortan las horas de luz solar, ellas disparan un mecanismo con el cual empiezan a producir los compuestos que les van a servir de protección ante las bajas temperaturas, por eso es que viven tanto tiempo”, puntualizó el especialista de la UANL.