En la entidad poblana, los casos de linchamientos no se registran con un patrón de comportamiento lineal, sin embargo, Puebla registra un número importante de este tipo de hechos, ya que pese a los protocolos de actuación, las autoridades aún se ven rebasadas por la furia colectiva. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las familias de las víctimas de linchamiento se enfrentan a la incertidumbre, a la falta de justicia y a la impotencia por que el nombre de su familiar quedó con el estigma de un hecho delictivo.
En 1998, el sociólogo noruego Johan Gatung describió el linchamiento como “un fenómeno de violencia social y colectiva, que no tiene un arraigo directo hacia la víctima, si no a la violencia estructural y cultural del sitio donde comete el acto agresivo. La víctima no necesariamente es el origen de la rabia y molestia grupal, si no una serie de factores que engloban a los participantes de linchamientos”.
El Análisis de los Linchamientos en el Estado de Puebla, realizado por el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del Estado de Puebla (CCSJP) 2015-2021 señala que la presencia de ambulantaje, carpetas de investigación pendientes en la zona o denuncias previas forman parte de los focos rojos para que más linchamientos ocurran.
“Tienen una perspectiva negativa sobre las instituciones, que consideran que si denuncian nada pasa, que no hay procesos idóneos para que una persona reciba el castigo que merece”, señala Brenda Elguea Zanella, directora de Información y Atención Ciudadana del CCSJP, pues consideró que en la mayoría de las zonas donde ocurren los linchamientos la percepción de inseguridad es alta, pero no siempre real.
SIN AYUDA, FAMILIAS DE LAS VÍCTIMAS DE LINCHAMIENTO
En 2019 Puebla reportó 276 linchamientos, mismos que dejaron 14 víctimas mortales, dentro de las cuales se encontraban siete personas señaladas por el presunto secuestro de un hombre en la comunidad de Tepexco. Ahí, pobladores se unieron, colgaron de un árbol y quemaron vivos a los señalados en la plaza central del municipio de Cohuecan.
Entre las víctimas fatales de aquel 7 de agosto de 2019 se encontraban Julio “N”, de 32 años y Orlando “N”, de 16 años, originarios de Santa María Xonacatepec, quienes según sus familiares acudieron aquel día a la comunidad para realizar compras cuando fueron confundidos, detenidos y trasladados hasta la comandancia de Tepexco, donde los civiles los sacaron para lincharlos.
“Resentimiento sí, porque no hubo justicia. Nadie nos apoyó, no supimos nada y hasta la fecha no sabemos nada. Si hay detenidos o se hizo justicia, no sabemos nada”, expresó María del Carmen Arenas, viuda y tía de los dos hombres linchados, quienes eran inocentes.
En entrevista con MILENIO Puebla, la mujer dijo que su vida no volvió ni volverá a ser la misma después de lo ocurrido, pues ella, su hijo mayor y dos hijas pequeñas requirieron de diferentes formas de ayuda para superar la muerte de sus familiares y seguir adelante con sus vidas. Además, la ahora madre soltera pidió a los poblanos dejar de actuar de una manera “salvaje” y respetar tanto a las autoridades como los procesos legales.
“Yo les diría que se informen, a veces creo que es ignorancia. Otras culpo a la policía, es un poco de todo, ellos (los agresores) actúan de forma salvaje porque quizás están cansados de que no haya seguridad en sus comunidades. Pero yo les diría que se informen y a las autoridades siempre les pediremos que se haga justicia y no solo en nuestro caso, si no en el de todas las personas que sufren por esto”, finalizó.
Casos como el de María del Carmen hay varios, por ejemplo, en 2020 se registraron 148 casos de linchamientos, sin embargo, el CCSJP solo pudo obtener información de 69 casos, de los cuales apenas en 48 existieron personas detenidas por participar en estos actos de agresión.
Por otra parte, en 2021 sumaron 126 víctimas de estos ataques grupales, de las cuales también se desconoce el número de detenidos, así como la situación judicial de cada uno (de existir detenidos), ya que en México el linchamiento no es un delito.
“Te encuentras con que, número uno, no todos los estados los tienen identificados (los linchamientos) o no hay una definición. Dos, no es un delito como tal, no es un tipo penal. Si tú buscas en el código penal, no vas a encontrar algo que diga ‘el linchamiento es el delito’, eso hace más complicada su búsqueda”, afirma Brenda Elguea.
Asimismo, comentó que la falta de tipificación es un gran problema para tener información transparente y dificulta a las autoridades el analizar de manera correcta los patrones o posibles similitudes que existan entre los linchamientos, con el fin de crear un modelo de prevención.
Según el último reporte emitido por la Secretaría de Gobernación de Puebla, en 2022 ya se han acumulado seis casos dentro de los cuales ha habido una sola defunción, por la cual hay actualmente ocho personas detenidas bajo los cargos de homicidio calificado y daño en propiedad ajena.
En el último hecho la víctima fue identificada como Daniel Picazo, señalada como presunto secuestrador de menores y en cuyo linchamiento participaron de forma directa o indirecta, cerca de 200 personas de Huauchinango.
“Si yo veo que una persona me mira raro, parece extraña, no me gusta su vestido, no me gusta su violeta, entonces voy y la agredo. La parte del rumor colectivo empieza a generarse y ampliarse, las personas que tienen mayor posibilidad de tomar una acción, lo hacen y obviamente realizan actividades de muerte, de maltrato e incluso disfrutan de este espacio de circo sangriento entre las comunidades y personas”, refirió Dulce María Pérez Torres, psicóloga social.
CHM