El miedo a ser detenidos por el Instituto Nacional de Migración, como sucedió en este año con más de 198 mil personas, ha propiciado que familias completas, jóvenes y niños sin acompañamiento busquen rutas alternativas de huida que los exponen a riesgos de sufrir extorsiones, secuestros, vejaciones y asesinatos sin resolver, por parte de las autoridades y del crimen organizado, de acuerdo con Dietrich Javier Madariaga, oriundo de Honduras.
Madariaga, quien forma parte de las brigadas humanitarias dedicadas a proteger, denunciar las violaciones a los derechos humanos, en México se ha incumplido con compromisos pactados en Convenciones Internacionales de los Estados miembros de la ONU y del Diálogo de Alto Nivel Dedicado a la Migración y el Desarrollo para garantizar una movilidad segura.
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"Violaron a dos niñas"
Dietrich Javier Madariaga salió con su primo de Honduras hace más de dos años. “Yo venía en el tren (La Bestia) por Tenosique, Tabasco, y cerca estaba una familia. Como a las dos de la mañana, se subieron unos tipos identificándose como Los Zetas. No sé qué contacto tenían con los maquinistas, el tren sencillamente se paró, una vez en el vagón, los delincuentes violaron a las dos niñas frente a sus padres".
“El papá suplicaba, que las dejaran en paz, que a él lo lastimaran. Como jamás se calló y luchaba para proteger a sus niñas, lo mataron. Sólo quedaba la madre, que también aclamaba de todo corazón que ya las dejaran. No la escucharon, la mataron también a ella y después a las niñas”, comentó el migrante de 24 años de edad.
Pero a los sicarios, explicó, no les bastó con acabar con la familia. Se montaron por encima del tren y, desde arriba, lanzaron los cuerpos de la familia completa para luego llevárselas consigo. “No sé de qué país eran. Sólo sé que esa familia era de color, como yo también lo soy, y que optaron subirse al tren para huir de la migra”.
La pesadilla de Dietrich Javier Madariaga no terminó con haber presenciados el asesinato de la familia. “Llegamos a Palenque y, en el transcurso, mi primo y yo decidimos agarrar la ruta hacia Tuxtla Gutiérrez hacía Arriaga.
“La migra nos venía persiguiendo y en eso un carro atropelló a mi primo y huyó, lo dejó tirado como animal, y no somos animales, finalmente lo agarró la migra y ahora él está en Honduras en silla de ruedas."“Por eso México debe de poner el ejemplo y así como piden a Estados Unidos buen trato a sus migrantes, ahora deben de proteger los derechos de los centroamericanos que cruzamos por el sur de su frontera”, acotó.
Emerson Javier Arias también salió de Honduras, y, cuando llegó a Coatzacoalcos, Veracruz, sufrió el robo de su dinero y de sus pertenencias por parte de “maleantes”.
Pero los grupos más vulnerables, dijo, son los niños: “En el tren iba un niño de 12 años, cuando la máquina se paró, unos pandilleros lo agarraron y lo mataron, le pegaron dos tiros en la cabeza.
“Sólo era un chico de Honduras, yo estuve platicando con él, y no les bastó con matarlo, lo bajaron y lo decapitaron, lo partieron, le abrieron todo su estómago. Ese niños como muchos de nosotros salimos porque en nuestro país no hay trabajo, tiene la ciudad más linda y hermosa, constantemente construyen puentes, levantan grandes estructuras, pero el pueblo se está muriendo de hambre, se está muriendo porque no hay medicinas ni educación ni trabajo”.
Arias, quien se une a los grupos de apoyo a migrantes del padre Alejandro Solalinde, exigió a las autoridades mexicanas llevar un registro de mortalidad de los migrantes.
El otorgar permisos de estancia de corto plazo, comentó, evitaría que se sigan subiendo a “La Bestia, como la llamamos vulgarmente, porque es un medio de transporte de químicos, hierro, cemento y de cualquier otro tipo de insumos, pero no de pasajeros”.
Huyen del crimen organizado
En esta red de migrantes también se encuentra Benjamín Chavarría, del Salvador, quien salió de su país porque el crimen organizado solía extorsionar a la familia con el pago de “una renta” para seguir operando el pequeño negocio.
Las cuotas eran cada vez más elevada y una de sus hermanas fue asesinada por incumplir. “Las personas fueron capturadas y procesadas. Ha sido uno de los primeros casos de feminicidio en El Salvador que se ha condenado, pero eso significó que el resto de los pandilleros, que conocen a toda mi familia, nos amenazaran, y por eso salimos huyendo”.
Pero cuando me “vine a México me trataron como criminal, pasando por Huehuetán, migración nos detectó. Iba con mi papá y tuvimos que correr, nos tiramos al monte, y como no pudieron agarrarnos nos echaron a los perros. Gracias a Dios los perros no nos detectaron, nos escondimos muy bien”.
Los testimonios de cada uno de los migrantes, mismos que se han presentados en foros públicos sobre migración, ante la Comisión de Derechos Humanos, en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito así como en la Cámara de Senadores, tiene como exigencia cumplir convenios internacionales y ahora la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes.
La resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas, de acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos, promueve la “responsabilidad compartida” de gestionar desplazamientos de refugiados de manera humana y respetuosa, que brinden oportunidades y aseguren una vida digna.
Una campaña, explicó la presidenta de la comisión contra la Trata de Personas, Adriana Dávila Fernández, que está dedicada a advertir sobre los peligros de la migración y en la que se va a exhortar a las autoridades mexicanas a combatir al crimen organizado trasnacional.
La idea también es fortalecer los albergues para atender a los centroamericanos y promover operativos de desarticulación de los llamados “polleros”, que secuestran a familias completas.
KGE