La senadora Nancy Sánchez, de Morena, condenó los abusos y vejaciones cometidos por autoridades mexicanas contra migrantes centroamericanos, al tiempo de exhortar a los tres órdenes de gobierno a respetar los acuerdos internacionales signados en materia de derechos humanos.
“Debemos dejar muy claro y de manera firme que por ningún motivo se debe tolerar cualquier tipo de agresión a estos hombres, mujeres y niños, quienes no salen a pasear, ni dejan su país de origen por gusto, sino que lo hacen para salvar su propia existencia y las de sus familias de situaciones de pobreza y violencia extrema”, puntualizó.
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Al participar en reunión de trabajo de la Comisión de Asuntos Fronterizos y Migratorios del Senado de la República, la legisladora pidió hacer un enérgico llamado de atención para evitar nuevas confrontaciones ante la llegada de más migrantes, como consecuencia de la difícil situación política, económica y social en sus respetivos lugares de origen.
Instó asimismo a las autoridades a reconocer que se cometieron graves errores con el uso excesivo de la fuerza pública en Chiapas.
Sánchez subrayó que en las caravanas vienen menores acompañados y no acompañados, por lo que demandó a las autoridades migratorias a cumplir los compromisos sobre asistencia, protección, cuidado y atención de niñas, niños y adolescentes.
“Debemos tomar seriamente el llamado de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH)”, señaló.
De acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), niños, niñas y adolescentes representan al menos 30 por ciento de la población en muchos de los albergues en México, “y lo más lamentable es que la mitad de estos menores viajan completamente solos”.
La senadora sostuvo, en ese contexto, que no se debe extender al territorio mexicano la pesadilla que muchos de los migrantes viven, huyendo de la violencia y la pobreza en sus respectivos países.
FS