Sueno arrogante, pero todavía me defiendo al hacer el amor: Gerardo Fernández Noroña

Entrevista

Lector empedernido, el diputado federal del PT come de todo, escucha todos los géneros musicales y confiesa que era fanático del futbol, hasta que ‘descubrió’ que los partidos estaban arreglados.

“Jugué futbol americano, pero no hago deporte, es una de mis fallas”. (Especial)
Elia Castillo
Ciudad de México /

Pianista frustrado, viajero por convicción y político radical por vocación, Gerardo Fernández Noroña (Ciudad de México, 1960) se ve cerca del presidente Andrés Manuel López Obrador hasta el final de su sexenio.

Melómano y lector empedernido, el diputado federal por el Partido del Trabajo es egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y uno de los políticos más controvertidos de la actualidad: en enero de 2017 protestó contra la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos en la Torre Trump de Nueva York.

Descendiente de michoacanos, Noroña come de todo y en cualquier lugar, escucha todo tipo de música y confiesa que le hubiera gustado tocar el piano, pues, asegura, tiene sensibilidad para la música.

Queremos conocer cuál es el Lado B de Fernández Noroña.

No tengo lado B, soy igual en todos lados.

¿De no haber estudiado sociología política, qué otra materia hubiera elegido?

Quería ser músico, me hubiera gustado ser pianista… sería un músico político, que no música, que no es lo mismo, pero sí me hubiera gustado ser melómano.

¿Sabe tocar el piano?

Nada, pero francamente creo que hubiera tenido grandes posibilidades de destacar, porque soy sensible para la música.

Nunca es tarde...

Eso me dicen, pero no me gusta hacer cosas de manera mediocre; en mi área soy un hombre, les guste o no, destacado.

¿Qué tipo de música le gusta?

De toda, pero tengo dos grandes influencias: el rock y el blues. También toda esa música de protesta, como la de Silvio Rodríguez, Pablo (Milanés), Los Folkloristas. Por supuesto me gusta la música mexicana, como la de José Alfredo Jiménez, la salsa, la clásica, etcétera.

¿Qué comida le gusta?

Hay buena comida en todo el país, es muy rica nuestra gastronomía. De Michoacán me gusta el caldo de res, las carnitas, el mole de olla pero sin chile, los chilaquiles, los tacos de cabeza, los burritos. Es un estado que me gusta mucho.

¿Además de leer, qué otra actividad realiza en sus ratos libres?

Jugué futbol americano, pero no hago deporte, es una de mis fallas, debo hacerlo. Camino, me gusta ir al cine, pero no voy muy seguido, me gustó mucho El infiltrado del Kkklan, fui a relajar la mente y no me relajé una chingada... notable película.

También me gusta mucho viajar, no de trabajo, que finalmente tiene su encanto. A veces voy a la playa y no tengo chance ni de meter un dedo al mar, hay gente que piensa que va uno a toda madre, no. Es un esfuerzo grande, pero me gusta mucho viajar de placer, es una de las cosas que más me gustan; escuchar música, hacer el amor, claro, todavía me defiendo.

¿Tiene alguna afición por algún deporte?

Me gustaba el futbol, veía los mundiales pero creo que los partidos están arreglados, entonces dejé de verlos. Del futbol americano me he alejado, ya no estoy informado. Sé que el Superbowl estuvo aburridísimo, no tengo mucha oportunidad, entonces no veo ningún deporte.

Dice que no tiene Lado B y es de los pocos que sostiene lo que dicen aunque vaya contra el Presidente, ¿ha tenido problemas por eso?

No, ninguno. La verdad es que no soy un tonto útil de la derecha; por ejemplo con la reforma de la Guardia Nacional, yo tenía alguna preocupación y cuando vi cómo iba el plan, dije no voy a coincidir con ellos, son unos hipócritas y no les voy a hacer el caldo gordo, pero se murió una amiga, mi hermanita María Fernanda Campa; como sea, no estuve en la sesión, me tuve que ir, pero hubiera votado contra la oposición.

¿Es más fácil ser oposición que gobierno?

Sin duda prefiero ser gobierno.

¿Qué recuerdo tiene más presente como político?

Otra vez sueno arrogante, pero es que tengo una vida intensa en lo personal y en lo político. Más bien te diría que tengo anécdotas famosas, como en la Cámara de Diputados con la manta contra Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón de: “¿Tú permitirías que un borracho condujera tu auto, entonces por qué le permites que conduzca un país?”

Con Zedillo me acosté como tope afuera de Palacio Nacional para que no saliera su vehículo, y fue a levantarme. No lo vi y todavía le di un manotazo, así de “no me toques”. Ya después vi que era el Presidente. Esas, por ejemplo, son anécdotas muy famosas que han querido tergiversar.

¿Tiene muchos enemigos por ser como es?

Pues más que buscar enemigos, te enfrentas a intereses económicos y políticos que no son personales, por ejemplo (Felipe) Calderón, yo no doy crédito que el tipo haya robado la Presidencia, la verdad es increíble. Peña, por ejemplo, se ha hecho a un lado, lo puedes ver. Yo no digo mayor cosa de Peña, porque el tipo ha sido lo suficientemente prudente para decir ya terminé, adiós.

¿Qué está leyendo?

La Muerte del Comendador, de Haruki Murakami.

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