“Después de casi dos semanas de documentar el desgarrador viaje de la caravana migrante, en su mayoría centroamericanos, hacia la frontera de Estados Unidos y México, tomé una foto que nunca olvidaré”, relata Kim Kyung-Hoon, fotógrafo de Reuters.
En la toma, captada el domingo 25 de octubre, se puede ver a una madre de origen hondureño, María Meza, agarrando los delgados brazos de sus dos hijas gemelas de 5 años, Cheili y Saira, mientras huyen frenéticamente del gas lacrimógeno arrojado por las autoridades estadunidenses.
Heili se ve en pañales, Saira descalza, mientras que su madre usa una camiseta de la película de Disney "Frozen", “una película que he visto muchas veces con mis hijas”, comenta María. La hija de Meza, Jamie, está detrás de su madre en la foto, también huyendo del gas que se aproxima.
“Según sus documentos, Meza tiene 40 años y su hija 12. En los frenéticos momentos después de que los botes de gas cayeran al suelo, el olor a acre estaba en todas partes y podía ver a los niños llorar, con los ojos picados por el gas”, cuenta Kim.
"Pensé que iba a morir con ellos a causa del gas", dijo Meza, agregando que estaba sorprendida de que los agentes de la frontera de Estados Unidos dispararan los botes cerca de mujeres y niños.
El gobierno de Estados Unidos dijo que los oficiales de aduanas habían disparado los gases después de que un grupo de migrantes intentara cruzar la frontera violentamente, lanzándoles proyectiles.
“No vi quién disparó el contenedor, pero oí que el sonido provenía de la cerca y comencé a correr también. Fue uno de los primeros botes de gas lacrimógeno que vi usar. En ese momento, no había visto a ninguno de los migrantes lanzar proyectiles, pero es un área grande y las cosas estaban sucediendo en diferentes lugares”, recuerda el fotógrafo.
La familia de Meza llegó al cruce fronterizo de El Chaparral, que se extiende sobre Tijuana y San Diego en el lado de Estados Unidos, después de dejar su hogar en la violenta ciudad de San Pedro Sula en el norte de Honduras hace dos meses.
El incidente del domingo ocurrió después de que un grupo de migrantes en Tijuana se apresurara a la cerca de la frontera.
Justo antes de que se disparara el gas lacrimógeno, había seguido a algunos de los migrantes cuando se acercaban a una sección de la valla fronteriza recientemente reforzada con bobinas tachonadas.
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Agentes de la frontera de Estados Unidos observaron cautelosamente al grupo desde el otro lado.
Meza y sus hijos dijeron que ya habían pasado una semana en un refugio de Tijuana, pero probablemente tendrán que esperar mucho más para tener la oportunidad de defender su caso.
María dijo que espera que se le otorgue asilo en Estados Unidos debido a un delito rampante en su país y, si tiene éxito, viajará a Louisiana, donde vive el padre de las niñas.
JOS