La terapia es una herramienta de ayuda para las personas que pasan por procesos difíciles. Aunque en ocasiones se crea que esto solo es exclusivo de personas adultas, esta práctica puede ser empleada en diversas etapas del crecimiento, incluso desde la etapa infantil.
Este tipo de procesos, según comenta la psicóloga infantil Alejandra Gándara, se lleva a los menores cuando docentes, tutores o padres de familia se percatan de dificultades o necesidades que puede tener el niño. “Por lo general, nace a partir de que un adulto ve una necesidad en un infante. Normalmente son las escuelas o los papás cuando están pasando por un proceso complicado quienes ven la necesidad de brindarle un apoyo terapéutico”.
Al momento de que un menor va a terapia, se les empieza a dar herramientas para que vaya enfrentando las dificultades que se le van presentando en la vida, ya sea emocional, de conducta, aprendizaje, entre otras que se vayan detectando conforme a las sesiones que el menor vaya teniendo con el psicoterapeuta.
Señala Gándara que la terapia infantil es recomendada para todos los niños que tengan una dificultad, enfrentándose a algún trastorno neuropsicológico o para los pequeños que en su familia estén pasando por un momento complicado, como es una separación por parte de los padres, la pérdida de algún ser querido, conflictos como abusos.
También es de suma importancia este apoyo en niños que tiene problemas escolares como el bullying o a los menores que pasaron por alguna situación de violencia en el salón de clases, como podría ser el caso de algún tiroteo escolar. “Los niños que ha pasado algún momento impactante en la vida o con dificultades son los que regularmente van a terapia o niños que están teniendo algún problema en la conducta, siendo agresivos y retadores”.
Indica que muchas de las ocasiones, los problemas conductuales que pueden tener los menores con la familia o en la escuela es una consecuencia de algún problema en casa, por lo que se profundiza en la terapia, dando origen al comportamiento. También es muy importante para aprender a identificar, reconocer y expresar la emoción.
“También viene a que en la familia no sabemos hacerlo. Generalmente tampoco los padres saben cómo comunicarlas, o en las escuelas también se los están pidiendo pero igual detectan carencias en ese sentido. Es importante que se lleve un acompañamiento para el trabajo con los papás, porque generalmente se dan recomendaciones. Hay que buscar los cambios que se ajusten a las dinámicas familiares”, hace hincapié, pues se debe tener un contexto sustancioso para ello.
Recomienda para los padres que empezarán a llevar a sus hijos a terapia psicológica que estén muy atentos al menor, su proceso y que consideren que el proceso del menor debe llevarse por parte de los padres de familia, ya que de esa manera podrán darle acompañamiento al menor. Por ello es importante que ellos también tengan un apoyo psicológico.
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“También es muy importante que se vea lo que se necesita, pues de este modo podemos elegir el tipo de terapia que necesita el menor. Pedir recomendaciones y la información necesaria para conocer si ese procedimiento es el adecuado, además del acompañamiento en casa, hacer lo que me corresponde”, indica.
Por último, hace hincapié en que se esté al pendiente del comportamiento del niño después de terapia. Si bien, puede haber ocasiones en las que salgan enojados porque el profesional hizo ver algún aspecto que le correspondía, pero si regularmente habla de pasarla bien o ser un momento de aprendizaje para él, es una indicación de que está siendo un buen lugar.