A un nivel grave, drástico, el interrumpir el consumo de alcohol de golpe, de manera inesperada o no planeada, aunado al confinamiento y la incertidumbre que se vive por el covid-19, puede derivar en que esta abstinencia provoque una mayor cantidad de intentos de suicidio, aseguró el especialista Guillermo Rocha González.
De acuerdo con el coordinador del departamento de atención a urgencias psicológicas de la Facultad de Psicología (FaPsi) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la ansiedad es el principal síntoma en el síndrome de abstinencia.
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Y la ansiedad, dijo, junto con los riesgos de suicidio, son las dos causas principales de las consultas que están teniendo durante la contingencia, y en ambos casos, como mayor causa la abstinencia de alcohol, de drogas, o de apuestas.
Dentro de este conjunto de síntomas que influyen en una persona al dejar de consumir algo, o de hacer algo, lo primero que se presenta, comentó, son las reacciones físicas, sobre todo, la dificultad para dormir, porque la persona requería el alcohol para calmarse.
Aparece también el temblor en las manos o diferentes partes del cuerpo, la sudoración, taquicardia, náuseas, vómitos, y una necesidad de tener que moverse y no saber para dónde.
Rocideas, las emociones, que se puedha González destacó que en este síndrome luego viene el tema de las en convertir en reacciones agresivas, impulsivas, irritables y llegan los cuadros de confusión.
Posteriormente puede presentarse la pérdida de contacto con la realidad, después un tipo de alucinaciones con todo lo que tiene que ver con los cinco sentidos, y al final los delirios, que son esas ideas distorsionadas de lo que está pasando, donde la gente piensa que lo están persiguiendo o que hay algo dentro de su cuerpo que no es de él, que no es real.
En el plano psicológico, mencionó, hay una pérdida del control, y este descontrol se convierte principalmente en ansiedad, y esta ansiedad es un descontrol en lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos.
Y es dentro de las ideas en la abstinencia que surge la posibilidad del suicidio.
“Es una respuesta impulsiva, y no pensada, de querer acabar con esta sensación, con esta ansiedad, y una forma de acabar con eso es acabando con uno mismo.
“La base del pensamiento suicida es la desesperanza, el perder la esperanza de que esto va a cambiar, y ahorita, conforme pasen los días, hay menos esperanza, o la sensación es que cada vez está la situación más grave, menos alcohol, menos trabajo, menos dinero, así es que sí, se van incrementando (los intentos de suicidio)”, precisó el docente de Fapsi.
Al paso de los días, explicó, los riesgos de que las personas no encuentren alcohol pueden desatar una crisis social mayor de ansiedad y de violencia.
“Se puede incrementar el estado de descontrol, las crisis de ansiedad, la irritabilidad que va a detonar en violencia”, remató.
El síndrome de abstinencia, indicó Guillermo Rocha, es un conjunto de síntomas que influyen en una persona que ha perdido o una conducta o sustancia que regularmente tenía, y al suspenderla se activan, en horas o días, estos síntomas de la abstinencia.