El pinzón carpintero de San Cristóbal podría ser reconocido como una nueva especie: Camarhynchus striatipecta, según una investigación publicada en el Zoological Journal of the Linnean Society.
Utilizando análisis genómicos y morfológicos de última generación, un grupo de científicos reveló que este pinzón, previamente considerado como una de las tres subespecies del pinzón carpintero (Camarhynchus pallidus), es de hecho un linaje genéticamente único, distinto de las otras dos subespecies, por lo que esta revisión de la taxonomía de los pinzones de Darwin, proponen que C. striatipecta, sea reconocido como una nueva especie.
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“Los pinzones de Darwin son un poderoso ejemplo de evolución rápida, diversificándose en aproximadamente 18 especies en menos de un millón de años. Estos pájaros se adaptaron a diversos nichos ecológicos en Galápagos, desarrollando tamaños corporales únicos y picos especializados. El pinzón carpintero de San Cristóbal, con su robusto pico distintivo, no es diferente. Este estudio respalda la propuesta de que este pinzón es genéticamente distinto y debe ser reconocido como una especie separada, destacando una vez más el poder del aislamiento y las presiones ambientales en la configuración de la biodiversidad”, señaló Birgit Fessl, investigadora principal del equipo de Conservación de Aves Terrestres de la Fundación Charles Darwin y coautora del estudio.
A través de un comunicado, la fundación informó que los investigadores utilizaron técnicas genómicas avanzadas, que hasta hace unos años no estaban disponibles, permitiéndoles analizar el material genético de los pinzones con una precisión sin precedentes. Los métodos de secuenciación empleados revelaron diferencias genéticas significativas que distinguen a C. striatipecta de sus parientes.
Al integrar datos genómicos con análisis morfológicos, el estudio destaca el camino evolutivo único de este pinzón, solidificando su clasificación como una especie separada.
Además, la Fundación Charles Darwin destacó que el descubrimiento de C. striatipecta como una especie distinta subraya la necesidad de evaluaciones de biodiversidad más precisas y continuas en las Islas Galápagos, ya que la identificación precisa de especies es esencial para desarrollar estrategias de conservación dirigidas. Para C. striatipecta, proteger su hábitat en las tierras altas de San Cristóbal es crítico, ya que esta área enfrenta amenazas crecientes por especies invasoras, degradación del hábitat y cambio climático.
“Esta investigación no trata sólo de taxonomía—se trata de asegurar la supervivencia de especies únicas que desempeñan roles esenciales en sus ecosistemas. Al comprender las vías evolutivas de las especies de Galápagos, podemos protegerlas mejor de las presiones que enfrentan hoy en día”, añadió Birgit Fessl.
Mayor investigación sobre los pinzones
Arturo Izurieta, director del Parque Nacional Galápagos, destacó que el estudio también abre la puerta para reevaluar otros pinzones de Darwin, especialmente aquellos que han sido pasados por alto en investigaciones científicas.
“Galápagos es un sitio en constante evolución, con especies que esperan ser descubiertas. Este hallazgo, basado en análisis genómicos y morfológicos de última generación, subraya cómo las herramientas científicas avanzadas pueden revelar linajes únicos o especies desconocidas, esenciales para la conservación y el manejo de la biodiversidad,” enfatizó.
Por su parte, la directora Científica de la Fundación Charles Darwin, María José Barragán resaltó que la biodiversidad de Galápagos todavía guarda muchos secretos, por lo que esta investigación científica es vital para desarrollar estrategias efectivas de conservación y gestión.
“Al avanzar en nuestra comprensión de estos pinzones mediante estudios genómicos, podemos preservar no solo especies individuales, sino también los procesos evolutivos que las crearon.”
Este estudio fue liderado por los científicos visitantes de la Fundación Charles Darwin Lucinda P. Lawson de la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos, y Erwin Nemethdel BirdLife de Austria en colaboración con Michael Dvorak de la misma organización, Francesca Cunninghame, Birgit Fessl y Denis Mosquera de la Fundación Charles Darwin, Ecuador, Jakob C. Mueller del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica, Alemania, Beate Wendelin de la Oficina de Ecología del Paisaje, Austria y Kenneth Petren de la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos
CHZ