Luego del zafarrancho que provocaran notificaciones de funcionarios a artistas para anunciar recortes en el orden de 75 a 90 por ciento sobre sus funciones pactadas con el Programa Nacional Alas y Raíces, el miércoles pasado se llevó a cabo una reunión virtual entre representantes de las artes dedicadas a públicos jóvenes (cuentacuentos, músicos, titiriteros, grupos teatrales, ilustradores, etcétera.), la directora general de Vinculación Cultural, Esther Hernández; el coordinador nacional de Desarrollo Cultural Infantil, Jesús Antonio Rodríguez Frino, y la prensa. Cabe decir que previo a esta reunión se había rectificado la posición de la Secretaría de Cultura, acordando con los creadores reducciones muy menores respecto a las iniciales, en un espíritu constructivo y de cordialidad.
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No cabe duda de que Frino es un funcionario que comprende las artes escénicas y los padecimientos de los gremios, pues él mismo es un potente escritor y músico. Su discurso generó confianza en una comunidad que ha sido precarizada e insultada en una generalización irresponsable desde la más alta investidura. Esther Hernández, por su parte, aseguró que no desaparece ningún programa salvo aquellos que son imposibles de llevar a cabo por la cantidad de gente que suelen reunir.
Amén de reintegrar al proyecto a narradores orales y a la cultura de primeras infancias (Brotes), el cuestionamiento a Cultura Comunitaria —que ha dado palos de ciego— también fue sobre el teatro comunitario que congrega entre un 60 y un 80 ciento de niños y jóvenes y que está por lo pronto detenido. Desde mi punto de vista ni siquiera se ha estudiado el fenómeno pese a existir materiales editoriales de experiencias fundacionales en Latinoamérica y el propio México. No existe en año y medio un mapeo, ni existe una distinción entre aquel que emana de la tradición en los pueblos, que merece ser acompañado por el Estado, y aquel que se puede generar en un intenso trabajo a largo plazo. Estamos ante las políticas del cortoplacismo y los resultados inmediatos.
TRASPUNTE
PALIAR LOS EFECTOS DE LA PANDEMIA
Aún en el ambiente de catástrofe que vivimos, hay noticias positivas que se le deben reconocer a la Secretaría de Cultura. Han salido resultados de varias convocatorias gestadas entre el Inbal y el Centro Cultural Helénico para paliar los efectos de la pandemia en el ecosistema cultural.