Escena en coma /I

Teatro

Movimientos van y vienen y a lo largo del siglo XX y XXI las preguntas sobre la constante crisis del teatro ha llevado a coloquios en distintas épocas y latitudes.

Al teatro en general le han decretado la muerte de mil maneras, personajes fuera de él y, lo que es peor, dentro. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Milan Kundera en su libro El arte de la novela se queja de aquellos que en su momento decretaban la muerte de ese género. Decía el autor checo que “la sonrisa beatífica con la que se pronuncian necrologías de la novela me parece frívola”. Cuando se leen estas palabras, desde el teatro, se siente uno menos solo, más claro, con una especie de “mal de muchos…” Al teatro en general le han decretado la muerte de mil maneras, personajes fuera de él y, lo que es peor, dentro. Y a la dramaturgia ni se diga: la noción de bastarda de la literatura que le endosó la generación posterior a Los Contemporáneos –muchos de ellos que fracasaron sonadamente en el intento– tuvo efectos nocivos en las políticas públicas respecto al teatro porque los altos funcionarios estaban más cerca de la “alta literatura” en la segunda mitad del siglo XX.

Al estallar el canónico arte dramático en el último cuarto del siglo XX, la performance, el posdrama y la escena expandida vaticinaban la muerte de un teatro al que llamaron “hegemónico” con el fin, más económico que artístico, de conquistar subsidios y becas (que jamás se les han negado) para instaurar su propia hegemonía. Movimientos van y vienen y a lo largo del siglo XX y XXI las preguntas sobre la constante crisis del teatro ha llevado a coloquios en distintas épocas y latitudes. Recuerdo un libro que publicara Editorial Novaro en los años 60 que reunía las voces de Novo, Sano, Jodorowsky, Solórzano, Azar y, entre otros, Usigli preguntándose por la crisis del teatro.

Y ante la pandemia del covid-19 la tentación de nuevamente decretar muerte cerebral al “teatro-teatro” de algunos vuelve a ser, desde su ignorancia, una obra maestra de la estulticia. Cuando esos algunos hayan muerto, cuando la humanidad colapse, el mundo vuele en pedazos y volvamos al punto inicial de mujeres y hombres de las cavernas, uno de éstos —nuestros descendientes— sentirá la enorme necesidad de contar una historia frente a otro y la mimará, y la actualizará en tiempo presente y volverá a llamarse teatro con otro nombre.

TRASPUNTE

CRISIS, SOCIEDAD Y EL ESCENARIO

“El teatro es crisis. Esa es en realidad la definición del teatro (debería serlo). Solo puede funcionar como crisis y en crisis; de lo contrario, no tiene ninguna relación con la sociedad fuera del teatro”, dijo Heiner Müller en 1995, en entrevista con Ute Scharfenberg.