Ante un panorama en el que predominan los gestos severos y las amonestaciones rotundas, hay que celebrar la aparición de un nuevo libro de Adrián Curiel Rivera. Con maliciosa alegría, confirmamos la sospecha de que la mejor manera de tomarnos las cosas en serio es obligándolas a mostrar su más penoso lado humorístico.
Ya en el primer relato de El camino de Wembra (Lectorum), Adrián Curiel Rivera establece las coordenadas doctrinales de sus distopías. En una abierta alusión a El cuento de la criada, prospera ahora una sociedad en la que el “matriarcado civilizatorio” ha confinado a los varones a servir únicamente para la reproducción o a ejercer las tareas más infames. El matrimonio tradicional está prohibido y los Machos Descastados viven en la clandestinidad. ¿Pero qué imagen proyecta ese bastión liberado sino la de una caricatura de todo aquello contra lo cual habían sonado los tambores de guerra?
La caricatura no tarda en virar hacia el espanto —con amarga ironía incluida—. En “Operación limpieza profunda”, México es ya un imperio de donde ha sido erradicada “la antigua molicie de leer por ocioso placer” y Yucatán se ha convertido en un reino donde un profesor puede ser condenado a muerte, frente a un pelotón de fusilamiento, por llamar “compañera” a une compañere. En “La visita”, un futuro híper-tecnologizado anuncia que la heterosexualidad ha sido finalmente perseguida y castigada y sus seguidores desterrados a Marte mientras los niños reciben el credo que ilumina a la humanidad desde el triunfo de “la victoriosa revolución mundial homosexual” y la derrota, entre ceremonias propiciatorias, del patriarcado “y sus perversas manifestaciones”.
Por la vía de la hipérbole, Adrián Curiel Rivera satiriza a las nuevas inquisiciones que, al grito de la igualdad, abanderan las abominaciones representadas por el lenguaje inclusivo, la cultura de la cancelación y el juicio extemporáneo de la historia. No dejo de mirar con ternura a la doctora de la Universidad de Maine —protagonista del relato que da título al libro—, empeñada en producir la vacuna contra el machismo, que termina escarmentada por un grupo de amazonas yucatecas tan diestras para castrar como para “liquidar y dominar a los hombres a la fuerza” con la lucidez contrahecha de un batallón de exterminio.
El camino de Wembra
Adrián Curiel Rivera | Lectorum | México | 2023