Rabioso y a la vez conciliador, tan insumiso como purificador, Dios fulmine a la que escriba sobre mí (Sexto Piso) es un libro de temperamento biográfico que prolonga el duelo hasta esa zona donde el homenaje no rehúye el combate. Aura García-Junco trae de vuelta a su padre, Juan Manuel García-Junco, un juglar, un devoto de la ciencia ficción, una figura totémica de la cultura underground que con pasión libresca animaba algunos festivales de aquella Ciudad de México que creía aún en su poder de restauración, un escritor que decidió instalarse orgullosamente en los márgenes y en un trance de su vida adoptó el nombre de H. Pascal.
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Si Dios fulmine a la que escribe sobre mí tiene mucho más encanto que un testimonio es porque los recuerdos van tomando forma y consistencia mientras Aura García-Junco explora su herencia incómoda: la biblioteca que fue de H. Pascal y ahora ocupa un lugar en su departamento. Un libro conduce a una herida abierta y otro al esperpento “patriarcal que seguimos habitando” y algunos más al remoto árbol familiar o a una niñez en la que era posible leer bajo la regadera. Digamos que el hombre-demasiados libros que fue H. Pascal —y, por supuesto, Aura García- Junco junto a él— vuelve de entre los muertos a lomos de Italo Calvino o Paul Auster o Marguerite Yourcenar o…. Así que, por ejemplo, la recreación de una tarde adolescente en el Tianguis del Chopo no alude solo a un momento de los muchos que prefigurarían una vocación literaria sino, y sobre todo, a libros que se vuelven detonadores de una travesía que corre desde las primeras experiencias lectoras —porque, y cómo podía ser de otra manera, Aura García-Junco ofrece también retazos de su autobiografía— hasta la ineludible tarea de escribir un libro que es también una ofrenda mortuoria.
¿Puede una hija perdonar las ofensas y la negligencia de su padre? No es una pregunta que Aura García-Junco se haga abiertamente pero se manifiesta a pequeñas dosis mientras avanzamos por una trama de agravios a los que se suman otros siempre más tenaces. Como demuestra Dios fulmine a la que escriba sobre mí, cuando abundan los silencios pendientes, el amor filial puede adquirir, sin renunciar a sí mismo, el fulgor pálido del ajuste de cuentas.
Dios fulmine a la que escriba sobre mí
Aura García-Junco | Sexto Piso | México | 2023
AQ