A fuego lento | Cuero negro en desuso

Reseña

La novela Metal de Samuel Segura, ya se ha hecho con algunos premios; sin embargo no parece aspirar a más que una estampa generacional, donde la rebeldía se limita a exponerse con una inmadurez del lenguaje.

Frases como “Chido por el paro”, “Está de la chingada” o “Ustedes, aplasten las nachas donde puedan”, revelan que lo que fue vivacidad hoy esta momifi
Roberto Pliego
Ciudad de México /

Un grupo metalero conformado por cuatro jóvenes, la fantasmal ciudad de Hecatepec y las atmósferas nocturnas donde los aspirantes a estrellas de la música se parten el brazo por un par de cervezas son los ingredientes principales de Metal (FCE/ UNAM), obra ganadora del 

Premio de Novela Juvenil Universo de Letras 2018. Algunos de estos ingredientes, se diría, tienen una pátina juvenil, es decir, forman parte de una sensibilidad moldeada al compás de la inmadurez y la rebeldía. ¿Pero juvenil significa una escritura primaria que tan solo atina a reproducir un habla anacrónica en la que hasta la náusea se repiten los “wee”, “carnal”, “qué pedo”? Lo que un día fue vivacidad ahora se antoja una propuesta momificada.

Samuel Segura es baterista y letrista de Asedio, con quien ha grabado tres discos, y, como se ve, no ha resistido la tentación de poner su experiencia en la órbita de una novela, narrada justamente por la baterista de ese grupo metalero a merced del humor inflamable de Hecatepec. Su relato consigna unos cuantos días, concentrados en la rutina de pasarla más o menos bien y de ensayar para una tocada en la arena de lucha libre. No hay conflictos, ni dilemas, ni sismos existenciales. Una llana exterioridad se asienta en las páginas de Metal, apenas rota por algunos recuerdos que pretenden, sin acierto, darle una capa de espesor a una trama que no pasa de la sucesión de escenas francamente anodinas (fumar, conducir un auto, cargar con los instrumentos, intercambiar saludos con el dueño de una librería, disparar, sobre todo, frases del tipo “Ya vas. Chido por el paro”, “Está de la chingada” o “Ustedes dos, aplasten las nachas donde puedan”).

Una novela, esperamos, desea huir de los diagnósticos sociológicos. Metal no da para eso. Quizá encienda la nostalgia de algunos pioneros o llame a la empatía de algunas tribus enfundadas en cuero negro, pero es incapaz de trascender el ámbito de la estampa generacional. Un documental podría muy bien retratar la falta de perspectivas, la nulidad política o el espíritu gregario de los jóvenes, y quedaríamos satisfechos. La novela aspira a la transformación de la realidad mediante el lenguaje. No encuentra deleite en reproducir, en describir al natural. En Metal reconocemos aspiraciones contrarias: mimetismo y óxido.


Metal

Autor: Samuel Segura
Editorial: FCE/ UNAM 
México, 2018 

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