Originaria de la sierra norte de Oaxaca, María Reyna salió de su comunidad en Santa María Tlaltontepec en busca de mejores oportunidades con destino a Guadalajara, donde estudió canto gregoriano y al mismo tiempo trabajó en labores domésticas para financiar su carrera.
Esta soprano no solo canta en español, italiano y japonés; su sello personal es hacerlo en lenguas originarias en el proyecto Ópera Mixe, una fusión de música clásica, jazz contemporáneo con mixe, maya, náhuatl y zapoteco.
Presentarse en el Palacio de Bellas Artes (CdMx) es uno de sus anhelos, aunque asegura que el éxito se consigue sin perder el piso. Es una mujer que cree que hay que soñar en grande.
¿Cuándo comienzas a cantar?
Desde los ocho años comencé, aunque solo cantaba en un coro; no había tenido clases de canto, pero me invitaban a concursos. No hablaba muy bien español, pero así aprendía y memorizaba. Mi maestro de primaria me invitó a formar un grupo musical, amenizábamos fiestas, XV años y bodas. Jamás imaginé cambiar a una técnica de ópera que me permitiera cantar no solo en italiano o japonés, sino en varias lenguas de México. Ópera Mixe es una oportunidad para ir abriendo caminos a varios jóvenes que quieran cantar en nuestras lenguas, para mí es un honor.
¿Cómo aprendiste estas lenguas originarias?
Mi lengua materna es el mixe, el español lo aprendí en Guadalajara, luego estudié el náhuatl por seis meses para entenderlo mejor. La lengua maya me la enseñaron mediante el canto; es la que más me ha costado aprender. La poeta Irma Pineda me enseñó el mixteco y zapoteco; practicó conmigo el tema “Un segundo”, un poema que se hizo canción. Es una gran responsabilidad cantar en otras lenguas, pero si se trata de hacer algo profesional, trato de que me salga bien.
¿Cómo fue tu vida al llegar a Guadalajara?
Salí de mi comunidad hacia Guadalajara, esto implicaba que tenía que comunicarme y hablar bien español, no lo hacía muy bien; trabajé en labores domésticas y estudiaba al mismo tiempo. Tienes que defender quién eres y de dónde vienes, porque eso de ser oaxaqueña se me nota perfectamente. De repente me decían “puedes ser de Oaxaca, Chiapas o Veracruz”, pero soy oaxaqueña y toda la vida hablé mi lengua, eso me mantuvo firme. Donde estuviera, hablaba en mixe, algunos se sorprendían y por supuesto que te voltean a ver.
“Hubo obstáculos, hay gente que decía que no iba a llegar a ningún lado, porque de la música no se vive, no creían que lo lograra; muchas veces cambié de trabajo para seguir estudiando y no hacer caso de las críticas. Hay que soñar en grande. Me cambió la vida cantar en lenguas originarias, nunca imaginé cantar con artistas internacionales que me reconocieran por mi nombre, por mi canto”.
¿Cómo llegas a Ópera Mixe?
Mi productor musical Joaquín Garzón me escogió como su alumna, me dijo que tenía un talento nato, que yo era un diamante en bruto. Hay cantantes de ópera y cantantes populares, ¿por qué no hacer algo intermedio? Fusionar el bel canto con un toque de México.
Para ti, ¿cuál es la clave del éxito?
No puedes perder el piso cuando sabes lo que es estar abajo, mantenerte y escalar de a poquito, porque sabes lo que es y lo que cuesta subir. Si volara no sabría qué hacer, hay que caminar y saber a dónde quieres llegar.
¿Cómo te defines?
Orgullosa soy raíz, como mi primer disco. Me siento orgullosa de donde soy, he aprendido a valorar mi origen oaxaqueño, que soy chiquita, modesta e “Hija del maíz”, una canción que fue escrita para mí, me describe.
¿Cuál es tu siguiente meta?
Que el disco llegue a los Grammy, que vuele muy alto porque está hecho con amor y tiene mucho que ofrecer al público. Y ¿por qué no?, llegar hasta Bellas Artes, sería un sueño.
¿Cuándo fue la última vez que lloraste?
De alegría y tristeza el día de la presentación del disco, ya que en la madrugada murió nuestro primer productor Alberto Escobar. Me dijeron: llora con ganas porque tienes unas horas para hacerlo, porque el show debe continuar.
¿Cuáles son tus referencias musicales?
Me gusta el bel canto, Anna Netrebko; también la parte popular, admiro a mi paisana Lila Downs, a Rocío Dúrcal y Selena, que era mi inspiración de pequeña.
¿Cuál es la canción que más te gusta interpretar?
“Madrecita”, compuesta por mi abuelo, se lanzó en 2012 en redes sociales, la he cantado por 10 años y no me canso. En español dice: ‘Madre, por siempre te llevo en mi corazón, no digas que no estás en mi pensamiento aunque lejos me encuentre, siempre te llevo conmigo’. Es un agradecimiento a la persona que te dio la vida, a mí me marcó mucho porque ella fue la única que me apoyó y me dijo: vete a seguir tus sueños.
¿Cuál es tu comida favorita?
El machacado, comida mixe, es una salsa de pepitas con masa, quelite, charales y tasajo, que se come sentados en el suelo; alrededor del machacado nos sentamos y compartimos en familia.