Con un boxeo de movimientos fluidos, creatividad en el ataque y elevado sistema de defensa, el campeón ucraniano Vasyl Lomachenko conquistó en siete años no solamente el respeto de los fanáticos, también el de los conocedores que lo ubican como uno de los mejores campeones libra por libra del momento.
Con ocho campeones mundiales vencidos en su récord, 32 años y una experiencia muy marcada por sus más de 350 peleas como amateur, Lomachenko -con 15 encuentros en el terreno de paga- está a una victoria de convertirse en el octavo boxeador en la historia del boxeo moderno en poseer al mismo tiempo las coronas de los cuatro principales organismos.
Pero antes de soñar con la posibilidad de lograr su más grande meta dentro del boxeo, después de haber conquistado dos oros olímpicos, Loma deberá de quitar del camino al neoyorquino de sangre hondureña, Teófimo López, en uno de los encuentros más llamativos en los últimos años.
En un ambiente atípico por la contingencia sanitaria por coronavirus, pues solo se permitirá el acceso a 250 fanáticos, La Burbuja de Las Vegas será testigo del choque de un estilo clásico y elegante contra la potencia y espíritu de presión de un joven de 23 años hambriento de gloria.
Y aunque para muchos Lomachenko roza con la perfección, la experiencia jugará un papel clave para que pueda imponerse, y es que se deja de lado el hecho de que el ucraniano ya sabe cuál es el sabor la derrota.
Los números del boxeador Vasyl Lomachenko (Gráfico Moisés Butze)
Cuando Lomachenko llegó al profesionalismo entró con la intención de romper la mayor cantidad de récords posibles, uno de ellos, ganar su primer campeonato del mundo antes de su tercera pelea, pero en su camino se cruzó el multicampeón mexicano Orlando Salido, quien con 36 años y con un estilo alejado de lo ortodoxo, lo superó en una decisión dividida.
Loma asegura que de esa noche aprendió demasiado y aunque en algún momento intentó vengar la derrota, la espina quedará clavada, pues Siri Salido se retiró tres años después.
Ahora con mayor madurez, Lomachenko aprendió a no subestimar a sus adversarios y aseguró que sin importar si esta pelea se convierte en un juego de estrategias y alto nivel boxístico o un duelo de golpeo y fortaleza, él hará lo necesario para salir con la mano en alto y de manera clara, pues hasta ahora la forma en la que Teófimo ha hablado de él se convirtió en una afrenta que debe de ser saldada.
Con el futuro y el legado en juego, Lomachenko y López adelantaron que esta pelea será recordada por muchos años, pues ninguno teme llevar hasta las últimas consecuencias la contienda que se perfila a ser designada como una de las mejores del 2020. Ambos coinciden en que con una buena oposición el nivel de su boxeo es beneficiado y de paso los fanáticos disfrutarán de una pelea que difícilmente se podrá olvidar.