Su teléfono suena constantemente, él lanza una mirada para checar si es una de las respuestas que más espera. Jacques Passy, entrenador mexicano de la selección de Saint Kitts and Nevis (San Cristóbal y Nieves) espera la confirmación de un par de partidos amistosos para preparar a su equipo que en marzo tendrá uno de sus duelos más importantes en su historia ante Surinam, en el que podría conseguir su pase a la Copa Oro.
Por eso, su día está muy acelerado, porque tiene que concretar esos choques que son clave para llegar en óptimas condiciones. Sin embargo, se da tiempo para platicar sobre su nominación a técnico del año por parte de la Concacaf, en donde compite con entrenadores como Juan Carlos Osorio y Ricardo Ferretti.
Y detalla cómo se enteró: “Abrí la página, iba a votar por el entrenador del año, lo encuentro y digo ‘voy a ver quién más está’, encuentro mi foto y casi me caigo de la silla. No porque sintiera que no tengo los méritos, porque la verdad hemos hecho un papel muy importante, hemos transformado un país en lo futbolístico”.
Enseguida, agrega que “de donde estábamos a donde estamos hoy hemos dado un paso increíble. El potencial que hemos generado, la competitividad, pero no esperaba que la Concacaf volteara a ver al país más chico del continente americano”.
¿Cómo se te da el dirigir a esa selección?
En el 2014 fui a una feria internacional de futbol, Soccerex, y ahí conocí al presidente de la Federación de Saint Kitts and Nevis de manera casual, pero en 15 minutos habíamos cerrado el trato. Ellos buscaban a un técnico con jerarquía internacional, que yo lo tenía, un técnico mexicano que había dirigido, presidente del Instituto Johan Cruyff durante muchos años, y yo buscaba un proyecto donde yo tuviera control total de la parte deportiva .
¿Con qué te enfrentaste cuando llegaste?
Me encuentro con un futbol de bastante talento, explosivo, pero muy desequilibrado en cancha. No sabe hacer transiciones ataque-defensa, difícilmente mantiene el equilibrio y orden. Extra futbolísticamente me encuentro con una Federación con bastante ímpetu, pero con carencias de propias de un equipo de tercera o cuarta división, sin utileros, sin preparadores físicos reales y sin profesionalismo en múltiples áreas; entonces, el reto fue doble, hacer un equipo equilibrado, y al mismo tiempo hacer un programa que sea protagonista con base a la profesionalización total de la Federación.
¿Cómo son sus jugadores?
Hoy en día son todos profesionales, quedarán uno o dos del estereotipo del jugador caribeño que tiene que ser al mismo tiempo taxista o que trabaja como maletero o en una fábrica. Hoy todos son profesionales, así piensan y actúan son gente muy preparada que te reta en muchos sentidos.
¿Cómo fue esa transición del día que llegaste a lo que se ha logrado en este momento?
La transformación se da paso a paso. Jugamos una eliminatoria contra El Salvador, tuvimos un buen resultado de ida, propuse irnos a jugar a Europa, la Federación invirtió una gran cantidad de dinero, ganamos partidos como a Andorra, recibimos a Estonia, fuimos a jugar a Asia, cada vez le fuimos metiendo más y más elementos al cuerpo técnico. Le metimos sistemas tecnológicos para estudiar al rival, a nuestras propias estadísticas.
¿Cuáles son sus objetivos?
Mi mente está enfocada en llegar a Copa Oro, estamos a un partido. El 23 de marzo visitamos a Surinam, donde hay cientos de jugadores que han emigrado a Holanda y han jugado para la selección. Si hay una combinación de resultados, en donde si gana Saint Kitts, gana El Salvador, y se da un pequeño resultado más, que es que gane República Dominicana a Bermuda, probablemente terminaremos en la Liga 1 de la Concacaf.