Quise ser Cuarón o González Iñárritu; terminé en el futbol: Francisco Suinaga

Entrevista

El presidente del Club Deportivo Toluca nunca imaginó estar al frente de un equipo; su afición por el séptimo arte lo llevó a realizar dos cortometrajes y después estudió negocios en Reino Unido, donde encontró su vocación.

A pesar de que iba mucho a las muestras en la Cineteca y en la UNAM, paradójicamente, no le gustan mucho las palomitas. (Tania Contreras)
Jesús Quezada
Toluca /

El reciente éxito cinematográfico de Alfonso Cuarón, Roma, llenó de melancolía a Francisco Suinaga por dos situaciones: la primera, porque creció en Ciudad de México, en una casa similar a la del rodaje; segunda, porque le hubiera gustado ser parte de esa exitosa generación de cineastas mexicanos, por los que siente orgullo, pero también envidia.

Desde una sala de cine del Centro Cultural Toluca, el presidente de los Diablos revela su afición por el séptimo arte, un gusto que lo llevó a estudiar un par de diplomados; sin embargo, al final terminó en la administración del futbol. Por cierto, un deporte lejano durante su niñez, pues sus mejores desempeños deportivos se dieron en el squash y en el esquí sobre nieve.

Integrante de una familia de abogados, Suinaga nunca se imaginó estar al frente de un club profesional, cargo desde donde dibuja similitudes con el cine, por las “historias que se pueden contar”.

Paradójicamente, no gusta mucho de las palomitas de maíz, disfruta más el café, los quesos y el chile poblano en todas sus presentaciones, le encanta la comida, aunque solo sabe cocinar tortilla española; su mayor pasión, dice, es viajar.

¿Por qué ese gusto por el cine?

Me gusta verlo, de hecho hice dos cortometrajes que ya no quiero ver porque no están muy buenos. En su momento iba mucho a las muestras en la Cineteca y en la UNAM. Crecí en Ciudad de México, viví en Coyoacán y en San Ángel, iba todos los días.

¿Cuándo decide estudiarlo?

Cuando terminé la carrera, me metí a un par de cursos de historia y apreciación de cine; después decidí hacer un diplomado en fotografía y dirección de arte. Todo lo que se debe hacer para una película, desde cargar en Súper 16, revelar...

Haciendo un poco la analogía con el futbol, una cosa es verlo y otra estar dentro. Cuando lo estudié, hubo muchas cosas que dejé de disfrutar como espectador. En el futbol es igual, hay un supuesto glamur donde los actores son los jugadores y al técnico le toca la rifa del tigre, lo que no se ve.

¿Sobre qué trataron los cortometrajes?

Mi sueño hubiera sido hacer una película como Roma, porque yo crecí mucho en ese contexto. El primero es de cuatro minutos y medio sobre el suicidio de un pintor; el otro es de humor, de una bomba que quieren aventar y la echan en un depósito de agua.

¿Por qué ya no siguió con esos estudios?

Después de los cortometrajes se me quitó esa espina de saber de qué se trata. Me fui a una escuela de negocios en Reino Unido para hacer mi maestría y ahí un profesor que hacía anuncios de las marcas dentro del cine me ayudó a elegir ese tema para mi tesis pero, por casualidades de la vida, al final me buscó otro profesor que trabajaba con la UEFA, que hizo un análisis del marketing deportivo en Europa: la Bundesliga, la Premier League, la Liga A y la Liga española, entonces cambié mi tema de tesis, del cine al futbol.

¿Todavía le quedan esos deseos de hacer cine?

Siempre queda esa espina, más porque soy un admirador de Alejandro González Iñárritu y de Alfonso Cuarón, ver su éxito me da mucho orgullo y hasta envidia, porque me hubiera gustado estar ahí. El cine es una herramienta muy acertada y precisa para empaparte sobre las culturas del mundo, es un viaje desde una sala.

¿Qué género de películas te gustan?

Las historias de la vida del día a día, como American Beauty, ni se diga Roma y Babel.

¿Cuál es tu película favorita?

Billy Elliot, porque toca el tema de una clase trabajadora de Inglaterra, habla de las emociones de una familia, del amor incondicional de un padre y por la narrativa, que involucra música, baile y a un niño que es un gran actor.

Otra es Cinema Paradiso. Me gusta el cine que describe culturalmente el lugar donde se desarrolla la película, creo que el mejor dinero gastado es en viajes, pero si no puedes viajar, el cine te da la oportunidad de hacerlo, te abre la mete, el criterio, te genera un juicio mucho más preciso de los contextos.

¿Se imaginaba en el futbol?

No, vengo de una familia de abogados, de una familia muy académica y no tan aficionada al futbol. Lo que me gusta mucho del futbol es que te da un termómetro muy real de los contextos sociales, trabajas con muchas emociones. Las historias de los que están dentro del futbol, no solo la de los jugadores, son sensacionales, es un perfecto reflejo demográfico y cultural, la selección de cada país es un reflejo de la cultura de cada país.

¿Se animaría a hacer un corto de futbol?

Sería sensacional. Acabo de ver el de Steven Gerard que, a pesar de que no te guste el futbol, puedes contar una historia atractiva; o el de Senna, que no tienes que ser aficionado de Fórmula 1 para entender.

¿Cuál es su libro favorito?

Un mundo feliz, de Aldous Huxley.


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